Cartas al director

¿Extravagancias de Ibarra?

El editorial de la edición de EL PAÍS del día 20 de septiembre de 2006, dedicado a la retirada de Ibarra, califica de "extravagante" la propuesta de reforma del régimen electoral que en su día formuló el presidente de la Junta de Extremadura, consistente en exigir a todas las formaciones políticas, incluidas aquellas que limiten su ámbito de actuación al de una comunidad autónoma o territorio determinados (como sucede, señaladamente, en el caso de los partidos nacionalistas), la superación de un porcentaje de votos (barrera) en el conjunto del Estado para poder obtener representación en el Con...

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El editorial de la edición de EL PAÍS del día 20 de septiembre de 2006, dedicado a la retirada de Ibarra, califica de "extravagante" la propuesta de reforma del régimen electoral que en su día formuló el presidente de la Junta de Extremadura, consistente en exigir a todas las formaciones políticas, incluidas aquellas que limiten su ámbito de actuación al de una comunidad autónoma o territorio determinados (como sucede, señaladamente, en el caso de los partidos nacionalistas), la superación de un porcentaje de votos (barrera) en el conjunto del Estado para poder obtener representación en el Congreso de los Diputados.

A mi juicio, se trata sin duda de una propuesta discutible (pues es evidente que dificultaría sensiblemente el acceso a la Cámara baja de dichos partidos), pero no me parece que se la pueda tachar sin más de "extravagante". En otros Estados federales europeos que siempre han servido de guía para el desarrollo de nuestro Estado autonómico, como es el caso de Alemania o Austria, la legislación electoral contiene semejantes previsiones. En Alemania, por ejemplo, sólo acceden al Bundestag las fuerzas políticas que obtengan al menos el 5% de los votos en el conjunto de la Federación. Se dirá, quizás, que Alemania, aunque federal, no es un Estado plurinacional (como a algunos les gusta caracterizar España), y que, por ello, no existen allí partidos nacionalistas que merezcan estar representados en el Parlamento nacional. Sin embargo, la barrera aludida también se aplica en Alemania a aquellos partidos específicamente vinculados a una parte del territorio o que únicamente presentan candidaturas en un solo land. Así ocurre, en particular, con la Unión Social Cristiana (CSU), la rama bávara de la democracia cristiana, que sólo se presenta en el Estado Libre de Baviera. Dicha formación está en el Bundestag porque por sí sola supera el 5% de los votos emitidos en toda Alemania, no porque forme un grupo parlamentario conjunto con su formación hermana, la CDU.

En definitiva, Juan Carlos Rodríguez Ibarra podrá ser calificado de político polémico, pero no de extravagante. En este sentido, cabe esperar que el debate político en España pueda seguir nutriéndose de sus siempre interesantes (aunque, en ocasiones, discutibles) aportaciones.

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