Reportaje:

Tecnología con vocación industrial

La empresa vasca Dominion crece en mercados especializados y prevé salir a Bolsa

Una empresa tecnológica con vocación industrial. Dominion es una compañía vasca que compite con gigantes como Indra, pero con un estructura basada en unidades de negocio muy especializadas. Esto le permite cambiar de foco con las necesidades del mercado: desarrolla desde redes de datos hasta una vacuna para la alergia. Este año facturará 425 millones y tiene 1.500 empleados, y quiere crecer con una gran compra. Después, saldrá a Bolsa.

El principal accionista de Dominion, con el 80% del capital, es el INSSEC (Instituto Sectorial de Promoción y Gestión de Empresas), accionista también d...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Una empresa tecnológica con vocación industrial. Dominion es una compañía vasca que compite con gigantes como Indra, pero con un estructura basada en unidades de negocio muy especializadas. Esto le permite cambiar de foco con las necesidades del mercado: desarrolla desde redes de datos hasta una vacuna para la alergia. Este año facturará 425 millones y tiene 1.500 empleados, y quiere crecer con una gran compra. Después, saldrá a Bolsa.

La compañía facturó 425 millones el año pasado, tuvo 25 de beneficio bruto operativo y cuenta con 1.500 empleados

El principal accionista de Dominion, con el 80% del capital, es el INSSEC (Instituto Sectorial de Promoción y Gestión de Empresas), accionista también de Cie Automotive. El resto del capital está en manos de los ejecutivos de la compañía.

Dominion nace en 1998, con una estructura de negocio muy particular. El consejero delegado de la compañía, Mikel Barandiaran, habla de minifábricas. Y es que la compañía tiene cuatro ramas de negocio principales (tecnologías de la información, ingeniería, logística y biotecnología) pero las empresas concretas que compiten en estos mercados nacen y mueren en función de las necesidades del propio mercado y los clientes, y de la actividad de la competencia.

Así, por ejemplo, la compañía cuenta en estos momentos con unas 20 o 25 minifábricas, que sirven a clientes de áreas tan diversos como las administraciones públicas, las telecos o la sanidad, y en negocios tan distintos como la gestión documental, las redes de comunicaciones, la investigación sobre el cáncer o el desarrollo de una vacuna contra la alergia al polen del olivo. Todas las minifábricas se autogestionan y organizan de la forma que consideren sus gestores, compartiendo servicios de la compañía matriz como los financieros y administrativos.

"Estamos en un negocio muy competitivo", explica Barandiaran. "Este sistema tiene muchas ventajas, porque se autorregula, y el gestor tiene una visión total sobre su gente y sus recursos, que puede cambiar con mucha rapidez".

La compañía tiene también una división de desarrollo de negocio, cuya función consiste en hablar con clientes y con socios para buscar esas tecnologías de nicho, y no muy maduras, donde la compañía pueda implantar una nueva minifábrica.

Y es que Dominion, consciente de que no puede competir en desarrollo de tecnología con gigantes del sector como Alcatel, vende "conocimiento", según explica Barandiaran. "Queremos estar en negocios de valor añadido, donde podamos ir por delante del mercado", explica.

La compañía ha crecido considerablemente en estos últimos años. Ha desembarcado en América Latina (México, Chile, Argentina o Brasil). En el año 2000 facturó 159 millones de euros, consiguió 13,7 de beneficio bruto operativo y tenía 700 empleados. Este año pretende cerrar el ejercicio con unas ventas de 425 millones, 25 de Ebitda y unos 1.500 empleados. En todo caso, Dominion pasó por una dura reestructuración durante la crisis de las compañías tecnológicas, aunque, según explica a su consejero delegado, la "mentalidad industrial" ayudó a la compañía a sobrevivir durante el proceso de concentración del sector.

Dominion quiere ahora dar un salto definitivo para competir con su gran rival, Indra, con sus mismas armas. En tres años quiere facturar unos 600 millones de euros y tener 50 de beneficio. Para ello, comienza a tantear la posibilidad de realizar una gran compra para, a más largo plazo, salir a Bolsa.

El principal accionista de la compañía, INSSEC, ya ha manifestado su intención de que la compañía cotice en el parqué. En todo caso, Barandiaran, avisa de que no tiene prisa: "La salida a Bolsa no es un fin en sí misma, sino una medida a contemplar dada la evolución lógica del sector. Estamos preparados, pero preferimos", explica, "que ésta siga siendo una empresa discreta y sólida".

Mikel Barandiaran, consejero delegado de Dominion.

Sobre la firma

Archivado En