Necrológica:

Paul Nelson, pionero del periodismo musical

Defendió al Bob Dylan electrificado y fichó a los New York Dolls

Paul Nelson, de 69 años, histórico del periodismo musical, apareció muerto el 5 de julio en su apartamento de Nueva York, abatido por una enfermedad del corazón.

Natural de Minnesota, en la Universidad de Minneapolis-St. Paul fundó la Little Sandy Review, cuidado fanzine dedicado al folk. Allí coincidió con Bob Dylan, "cuando se llamaba Bobby Zimmermann y cantaba a Harry Belafonte o Josh White". Aunque tuvieron conflictos -Dylan le robó la preciada caja de la Anthology of american folk music-, no se rompió la relación. Paul se pasmó ante la veloz maduración c...

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Paul Nelson, de 69 años, histórico del periodismo musical, apareció muerto el 5 de julio en su apartamento de Nueva York, abatido por una enfermedad del corazón.

Natural de Minnesota, en la Universidad de Minneapolis-St. Paul fundó la Little Sandy Review, cuidado fanzine dedicado al folk. Allí coincidió con Bob Dylan, "cuando se llamaba Bobby Zimmermann y cantaba a Harry Belafonte o Josh White". Aunque tuvieron conflictos -Dylan le robó la preciada caja de la Anthology of american folk music-, no se rompió la relación. Paul se pasmó ante la veloz maduración creativa del cantautor y le defendió cuando electrificó su sonido tras abandonar las letras de denuncia: "La oposición era implacable, había folkies que abandonaban ostentosamente sus conciertos antes de que comenzara la parte de rock".

Nelson también se pasó a la crítica de rock, ocupando puestos destacados en Circus y Rolling Stone. En los años setenta, Nelson entró como publicista y cazatalentos en Mercury Records. Allí, aparte de trabajar con el Rod Stewart más creativo, logró que la compañía fichara a los escandalosos New York Dolls, aunque -desdichadamente para Nelson- su grandeza no fue reconocida hasta muchos años después.

Por edad y por generosidad, Nelson funcionó como paterfamilias de una tropa de verbosos escritores musicales -de Lester Bangs a Nick Tosches- que algunos creían destinados a tomar la antorcha del "nuevo periodismo". Sin embargo, se vieron afectados por el estrechamiento de los medios en que publicaban: Nelson dejó Rolling Stone cuando se impuso un máximo de 22 líneas para la crítica de cualquier disco.

Mientras sus compañeros morían o se reciclaban, Paul Nelson se desilusionó con el oficio del periodismo y renunció a escribir. Desde finales de la década de los ochenta, trabajaba en una tienda neoyorquina, Evergreen Video, alejado de la música.

Sin embargo, se puso ante las cámaras para hablar de sus tiempos con Dylan, unas reflexiones que aparecieron en No direction home, el documental de Martin Scorsese.

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