DESDE MI SILLÍN | TOUR 2006 | Decimoctava etapa

Mañana la cojo

Mañana la cojo. Tres palabras, tres. Una declaración de intenciones. Tres palabras que implican mucho, porque coger la escapada no es como el que va al supermercado y coge las cosas de las baldas, no, ya podía ser. Coger la escapada ayer era montarse en el último tren para la victoria. Hay equipos que aún no han ganado nada -y que se irán sin ganar, por supuesto- y en estos equipos ayer la consigna era clara: todos a las escapadas. Y claro, eso, en la tercera semana, es algo que duele. Y mucho, además. Las fuerzas van muy justitas, las últimas tres etapas alpinas te dejan un cansancio crónico ...

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Mañana la cojo. Tres palabras, tres. Una declaración de intenciones. Tres palabras que implican mucho, porque coger la escapada no es como el que va al supermercado y coge las cosas de las baldas, no, ya podía ser. Coger la escapada ayer era montarse en el último tren para la victoria. Hay equipos que aún no han ganado nada -y que se irán sin ganar, por supuesto- y en estos equipos ayer la consigna era clara: todos a las escapadas. Y claro, eso, en la tercera semana, es algo que duele. Y mucho, además. Las fuerzas van muy justitas, las últimas tres etapas alpinas te dejan un cansancio crónico y te ves tan agotado que te preguntas: '¿y si la cojo, qué?'. Así que 'tú mismo' te respondes, 'mejor voy en el pelotón, que aguantar ahí tampoco es moco de pavo'. Divagas por un momento pero la realidad te da un golpe bajo: órdenes de equipo, todos a las fugas. Y si no la cogeis, os tocará tirar como castigo, lo que es todavía peor. Ayer eso le tocó al Saunier. Siempre hay alguno.

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'Mañana la cojo', me dijo mi compañero Flecha a eso de las 10 de la noche de la víspera. Quién diga que el ciclismo es un deporte eminentemente físico se está perdiendo la mitad de la película. La cabeza también pedalea, y más en estas circunstancias. Flecha me lo dice así, sin importancia, sin embargo sus palabras son un acto de fe. Incluso se puede ir aún más lejos, son un acto de reafirmación personal. Él sabe que si no está allí va a dejar de ser él mismo. Sabe que en el Tour ha cumplido bien con su trabajo, que es lo que el equipo valora. Pero sabe también que para él, el Tour, implica la fuga. Luego ganar o no ganar ya es otra cuestión más complicada, pero para eso primero hay que estar ahí.

Lo de ganar en una fuga es una mezcla de muchas cosas, algunas incluso contradictorias. Hay que estar fuerte, pero no mostrarlo, sino estás perdido: todos te vigilarán. Hay que tirar para adelante sin medida cuando se forma, pero guardando siempre para el final. Hay que correr con inteligencia y un poco de zorrería no te vendrá nunca mal. Hay que saber utilizar la ventaja en el caso de que lleves otro compañero. Tienes que analizar a los rivales; conocer tus armas y las suyas y ver cómo puedes utilizarlas a tu favor. También viene bien un poco de suerte. Otro poco de olfato -mucho cuidado con las alianzas, y no hablo de anillos-, e incluso algo de oído -poner la oreja con disimulo cuando ves que otros dialogan-. Vamos, que de fácil, no tiene nada.

Me dijo: 'mañana la cojo'. Y al día siguiente la cogió. No ganó, pero la cogió.

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