Fórmula 1 | Gran Premio de Estados Unidos

¿Dos grandes juntos? ¡Sí, gracias!

Muchos argumentos están apareciendo en las últimas semanas en el paddock de la F-1 sobre la posibilidad de que dos grandes pilotos deban compartir equipo el año que viene. Se dice que Raikkonen, que aún no es campeón mundial, pero tiene capacidad para serlo con un buen coche, podría acabar en Ferrari con Michael Schumacher o quedarse incluso en McLaren con Fernando Alonso, ambos campeones mundiales. Para algunos jefes de equipo eso parece un problema. Pero mi experiencia me permite asegurar no sólo que no lo es, sino que, además, puede llegar a convertirse en un incentivo impresionante ...

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Muchos argumentos están apareciendo en las últimas semanas en el paddock de la F-1 sobre la posibilidad de que dos grandes pilotos deban compartir equipo el año que viene. Se dice que Raikkonen, que aún no es campeón mundial, pero tiene capacidad para serlo con un buen coche, podría acabar en Ferrari con Michael Schumacher o quedarse incluso en McLaren con Fernando Alonso, ambos campeones mundiales. Para algunos jefes de equipo eso parece un problema. Pero mi experiencia me permite asegurar no sólo que no lo es, sino que, además, puede llegar a convertirse en un incentivo impresionante y motivador.

Viví en McLaren en los años 80 la experiencia de tener dentro del equipo a dos astros de la categoría de Niki Lauda y Alain Prost. En 1984 era el máximo responsable de las pruebas y del coche muleto. Y, curiosamente, Prost desechó en muchas ocasiones su primer coche para correr con el muleto simplemente porque se sentía más a gusto y porque ¡ganaba! Creo que era un poco supersticioso en este sentido. En siete carreras eligió el muleto y las siete las ganó. Tenía necesidad de imponerse porque su rival era un campeón del mundo que aquel mismo año acabó ganando su tercer título.

En el equipo había una competitividad fuera de lo usual. Los ingenieros y los mecánicos de cada coche buscaban lo mejor para conseguir que su piloto ganara. Y, al final, sentían como suyos más que como del equipo los triunfos y la victoria final. Los mismos pilotos se escondían los retoques finales hasta el último momento para que su compañero no se enterara del set-up con el que salían a la carrera a través de la telemetría.

Y aquella batalla interna se reprodujo años más tarde, cuando Ron Dennis decidió colocar a otros dos gallitos en el mismo corral: Ayrton Senna y Alain Prost. En el seno del equipo no hubo enfrentamientos personales entre ellos, pero en el ambiente se podía sentir la tensión. Y en los circuitos la lucha entre ellos fue feroz y produjo algunos de los mejores espectáculos que recuerdo. Sin embargo, Dennis mantuvo siempre la cabeza fría y nunca favoreció a uno u otro piloto hasta que uno de ellos adquirió una ventaja muy determinante.

En la historia de la F-1 hay varios casos en los que dos grandes pilotos han estado en el mismo equipo. Pero es una situación que se ha dado sobre todo en McLaren. Ahí tienen experiencia y no deberían tener problemas para lograr una convivencia más o menos correcta entre Alonso y Raikkonen en caso de que el finlandés se quedara en el equipo británico, cosa poco probable. No sé lo que ocurriría si esa situación se produjera entre Raikkonen y Michael Schumacher en Ferrari. El alemán ha convertido la escudería en su propio reino y sería impensable que se mantuvieran imparciales hasta el final. A no ser que la apuesta de los de Maranello sea claramente ya de futuro y comiencen a convertir al finlandés en su piloto más puntero. Pero esta situación me resulta impensable.

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