Reportaje:Alemania 2006 | Togo-Francia

Francia, contra el síndrome de Corea

Los galos, eliminados en 2002 en una situación igual, deben ganar a Togo por más de dos goles

"Relax", dice Shevi Adebayor. El chico conoce bien a los franceses. Su país, Togo, es una ex colonia. Habla la lengua perfectamente, jugó en el Mónaco y actualmente se encuentra a las ordenes de Arsène Wenger en el Arsenal. Es la estrella de su selección con sólo 22 años y se lo está pasando en grande. Por fin, el Mundial ha dejado de ser un peso para él y para sus compañeros. Togo está eliminado. Ayer Adebayor se entrenó en el Rheinenergiestadion, en Colonia, en un ambiente de pic-nic. Se pasó la práctica bromeando, como un niño, luchando en la hierba con sus compatriotas. "No sentimos ningun...

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"Relax", dice Shevi Adebayor. El chico conoce bien a los franceses. Su país, Togo, es una ex colonia. Habla la lengua perfectamente, jugó en el Mónaco y actualmente se encuentra a las ordenes de Arsène Wenger en el Arsenal. Es la estrella de su selección con sólo 22 años y se lo está pasando en grande. Por fin, el Mundial ha dejado de ser un peso para él y para sus compañeros. Togo está eliminado. Ayer Adebayor se entrenó en el Rheinenergiestadion, en Colonia, en un ambiente de pic-nic. Se pasó la práctica bromeando, como un niño, luchando en la hierba con sus compatriotas. "No sentimos ninguna presión", dijo, al marcharse al hotel. "Todo está bien. ¿Por qué no estar alegres? ¡Hay que aprovechar la atmósfera! Be cool, (relax)".

"No es normal que el destino te dé dos oportunidades", afirma Doménech
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Adebayor podría convertirse hoy en el verdugo de los chicos tensos que ocuparon el campo ayer cuando él lo abandonó. Los franceses no tardaron en caminar sobre la misma hierba. Hoy en el Rheinenergiestadion la selección de Francia proseguirá su camino penoso. Deberá imponerse por más de dos goles a Togo si quiere asegurarse el pase a los octavos de final. No será fácil y la idea hace que todo el mundo está deprimido, aburrido o fuera de quicio.

El único que parece volar en otro nivel anímico es el seleccionador, Raymond Domenech. "No es normal que el destino te dé dos oportunidades", dijo ayer el técnico francés, fresco como un clavel. "Y a este equipo el destino lo ha vuelto a poner ante el mismo reto que tuvo en 2002. En Corea, Francia llegó al tercer partido de la primera ronda obligada a marcar más de dos goles que su adversario para pasar a la siguiente fase. Mañana muchos de los jugadores que fallaron en Corea tendrán la ocasión de demostrar que aquello fue un accidente".

Todos los jugadores de los que Domenech habla sienten por él una mezcla de desprecio e indiferencia. Son los veteranos. Zidane, Thuram, Makelele, Vieira, Henry, Trezeguet. El grupo que no pudo sobrevivir a la jubilación de Deschamps y Blanc. El mismo que fracasó en el Mundial de 2002. El peso de los antecedentes los inhibe tanto como los años que cargan en cada pierna. No cuentan con un líder y ven en su seleccionador a un oportunista que ni siquiera cree en ellos. Un político al que conocen desde hace muchos años. Repasan su historial y comprueban que en su larga trayectoria al frente de los equipos juveniles de Francia, lo único que pudo ganar Domenech con la mejor hornada de jugadores de la historia del país fue el Torneo Esperanzas de Tulón.

Para enfrentar a Togo el técnico se plantea alinear a Henry junto con Trezeguet. Los dos puntas vuelven a alcanzar el Mundial después de completar una temporada magnífica en sus clubes. Sin embargo, recuerdan a Maradona y Kempes. Nunca mezclaron bien. La asociación conviene más a Trezeguet, que ha marcado 20 goles con Henry y 12 sin él. A Henry le pasa al revés: ha hecho 24 goles sin Trezeguet y diez con él. Sin embargo, ambos se llevan bien y Henry no ha ocultado su deseo de que Trezeguet se asocie con él.

"Hay que darle más balones a Henry, es necesario implicarlo más en el juego", propone Vieria. Es su fórmula para solucionar la ausencia de Zidane por sanción. Apunta al modelo del Arsenal. Pero Francia es diferente. En la selección, Henry se siente un actor secundario. Vieira está preocupado por la falta de un plan en el equipo. Y, al contrario que Adebayor, dice: "No nos hemos liberado, no hemos visto nuestro potencial".

Domenech (de espaldas) se dirige a Zidane, Diarra, Vieira y Makelele (de izquierda a derecha).REUTERS

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