Reportaje:Alemania 2006 | España desata la pasión

La última oportunidad

Joaquín necesita permanecer en el escaparate del Mundial, tras su mala temporada con el Betis, para firmar el contrato futbolístico de su vida

Artista y dicharachero, a Joaquín Sánchez (El Puerto de Santa María, 1981) dolía verle con mala cara. Los extremos han perdido protagonismo en la selección y el delantero bético ya llevaba unos días jugando en el equipo de suplentes, con pocas opciones de disputar la titularidad. Temía ser, simplemente, un futbolista de acompañamiento para partidos como el del viernes ante Arabia Saudí. Hasta que el encuentro frente a Túnez se atascó y Luis le mandó al campo para que abriera la banda derecha porque por la izquierda ya apretaba el lateral Pernía. Y, felizmente, volvió a triunfar como extremo de...

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Artista y dicharachero, a Joaquín Sánchez (El Puerto de Santa María, 1981) dolía verle con mala cara. Los extremos han perdido protagonismo en la selección y el delantero bético ya llevaba unos días jugando en el equipo de suplentes, con pocas opciones de disputar la titularidad. Temía ser, simplemente, un futbolista de acompañamiento para partidos como el del viernes ante Arabia Saudí. Hasta que el encuentro frente a Túnez se atascó y Luis le mandó al campo para que abriera la banda derecha porque por la izquierda ya apretaba el lateral Pernía. Y, felizmente, volvió a triunfar como extremo de toda la vida.

Joaquín agarró la pelota en el costado y encaró al lateral hasta que se comió un amago y su pase acabó a pies de Cesc. Remató el volante, rechazó el portero y apareció Raúl para dejar la pelota en la red. "Y ya sabíamos que si empatábamos, la victoria caería de nuestra parte", recuerda. "El problema era meter el primero y estoy satisfecho por sentirme partícipe del triunfo". El seleccionador le pidió que diera profundidad al equipo para crear ocasiones, "y afortunadamente así ocurrió", insiste. "Tengo que aprovechar los minutos que tenga y ayudar en todo lo que pueda. Yo estoy aquí para jugar y no para ver los partidos".

"Yo estoy aquí para jugar y no para ver los partidos", afirma el delantero verdiblanco
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El delantero verdiblanco necesita permanecer en el escaparate de la Copa del Mundo después de una temporada muy dura en su equipo. No jugó bien el Betis y el valor de Joaquín menguó hasta el punto de que incluso se puso en duda su convocatoria para Alemania. Al final, fue convocado por Luis, resultó un jugador importante contra Túnez y ayer mismo su padre y agente, Aurelio Sánchez, recordó que ha pedido una entrevista al nuevo presidente de la entidad andaluza, Pepe León, para que formalice su traspaso. Entiende la familia que la etapa de Joaquín en el Betis ya se acabó y su nombre se baraja entre las distintas candidaturas que aspiran a la presidencia del Real Madrid. Así que le conviene jugar muchos minutos, y muy bien, en el Mundial.

"Yo espero saber estar igual que el equipo", argumenta. "Ante Túnez no perdimos nunca la tranquilidad ni la confianza en la victoria", prosigue. "El resultado nos vendrá de perlas porque el equipo se sentirá más fuerte después de haber remontado el marcador, mejor que si se hubiera ganado con una cierta comodidad. España ha demostrado que tiene corazón y fuerza".

El objetivo inmediato es no relajarse, y menos en el caso de Joaquín, que el próximo viernes ante Arabia Saudí en Kaiserlautern tendrá una nueva oportunidad para exhibirse puesto que el seleccionador español anunció ayer que de salida actuarán los suplentes. "Yo tengo muchas ganas de revancha por lo que nos pasó contra Corea del Sur hace cuatro años", concluye, "Me da igual el adversario, pero queremos volver a estar en disposición de hacer un gran resultado en un torneo que nos resulta adverso. La selección ha aprendido de los errores y estoy seguro de que si disponemos de otra oportunidad la sabremos aprovechar".

Joaquín ha recuperado la gracia y camina decidido hacia el campo de juego. Necesita partidos, pide goles. Aspira a completar una gran competición para hacerse valer y firmar el contrato de su vida futbolística.

Joaquín, con el puño en alto, festeja un gol de Torres a Túnez.EFE

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