Reportaje:

Cambios explosivos en la centenaria UEE

Los ejecutivos toman el control y con ayuda de Ibersuizas y Vista abordan la refundación del grupo

Unión Española de Explosivos, que acumula siglo y cuarto de vida y que ha estado a punto de desaparecer varias veces a lo largo de su historia, acaba de cambiar de accionistas y su equipo gestor -tras una década de intensa reestructuración de actividades, plantilla y mercados, y de saneamiento financiero- anuncia una nueva etapa para la que ultima, incluso, un cambio de nombre y de logo. Nuevos aires, pero sin renunciar a los orígenes y al patrimonio acumulado del primer fabricante de explosivos de España y cuarto del mundo.

Los técnicos y directivos de Unión Española de Explosivos (UEE...

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Unión Española de Explosivos, que acumula siglo y cuarto de vida y que ha estado a punto de desaparecer varias veces a lo largo de su historia, acaba de cambiar de accionistas y su equipo gestor -tras una década de intensa reestructuración de actividades, plantilla y mercados, y de saneamiento financiero- anuncia una nueva etapa para la que ultima, incluso, un cambio de nombre y de logo. Nuevos aires, pero sin renunciar a los orígenes y al patrimonio acumulado del primer fabricante de explosivos de España y cuarto del mundo.

El puente de plata para la salida del capital de Castañé y BancBoston lo ha puesto una valoración de activos de unos 350 millones de euros
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Los técnicos y directivos de Unión Española de Explosivos (UEE) y su presidente, José Fernando Sánchez-Junco, han tomado el control del grupo tras una operación de management buy out (MBO), con el apoyo de Inversiones Ibersuizas y Vista Capital. Hace 12 años, 15 de estos ejecutivos se vieron forzados a convertirse en accionistas (tomaron en conjunto un 20% del capital) y a comprometerse a permanecer cinco años como gestores del grupo, cuya supervivencia estaba amenazada, por exigencias del comprador del mismo (el fondo de inversión Pallas), y ahora le han ganado la partida a uno de los promotores de aquella operación, José María Castañé, y se han hecho con el control del 50% de las acciones de UEE.

Culmina así una larga batalla en el consejo de administración y se cierra una etapa que ha transformado un grupo mal estructurado y con unas pérdidas en 1992 de 10.000 millones de pesetas (más de 60 millones de euros) en una multinacional que dispone de fábricas y oficinas en 30 países y vende en otros 90. La compañía tiene hoy el 44% de su plantilla en el exterior y los mercados internacionales le aportan el 60% de sus ventas (400 millones de euros en 2005). UEE está estructurado hoy en cuatro grandes áreas: explosivos civiles, sistemas de iniciación, cartuchería deportiva y Defensa.

De Alfred Nobel a Kio

Una metamorfosis que desató un apetito de plusvalías en el otrora cosalvador de UEE, José María Castañé, y un conflicto societario difícil de explicar sin referirse al menos, aunque sea a grandes rasgos, a la historia de esta empresa.

El grupo UEE tiene su origen en una sociedad fundada por Alfred Nobel en 1873 (Sociedad Española Anónima de la Dinamita) y en una serie de fusiones de pequeñas empresas del sector. Con estos mimbres y su desembarco en otras actividades, UEE era, en 1970, la primera química española y es en ese mismo año cuando se fusiona con su gran competidora, Compañía Española de Minas de Río Tinto (ERT), que cotiza en Bolsa. Dieciocho años después, ERT es absorbida por Cros, dando lugar a Ercros, y el grupo UEE pasa a su órbita, a la del Grupo Kio y a la del financiero Javier de la Rosa.Un año después, Ercros segrega su negocio de explosivos y actividades de Defensa y refunda UEE. Tras la suspensión de pagos de Ercros y de su filial de fertilizantes en 1992, sus nuevos gestores buscan desinvertir y tras poner en marcha un plan de reestructuración y saneamiento en UEE, pilotado por su actual presidente, cierran su venta en 1994.

En junio de ese año el fondo Pallas Invest Iberian, representado por el citado Castañé, se hace con el 80% de la compañía, condicionando su inversión a que Sánchez-Junco y 14 de sus directivos liderasen la nueva etapa e invirtieran en la adquisición del 20% restante del capital, asumiendo el riesgo económico. Pagaron 700 pesetas simbólicas, algo más de cuatro euros, por un grupo valorado unos años antes, en 1989, en 40.000 millones de pesetas (241 millones de euros), aunque tuvieron que asumir pasivos por valor de 4.800 millones de pesetas (29 millones de euros). Los directivos aceptan el envite, que les permite seguir con los planes que habían diseñado para la reestructuración y el saneamiento de UEE, y en 1995 ya logran dar la vuelta a los resultados y obtener beneficios. Entre 1993 y 1995 hubo una reducción de plantilla de 800 personas, una reestructuración financiera, incluida una ampliación de capital de 1.200 millones de pesetas (7,2 millones de euros), inversiones por 3.000 millones (18 millones de euros) y cambios organizativos de envergadura. Una reestructuración que permitió a UEE suscribir en 1997 acuerdos estratégicos en el área de materias primas (nitrato amónico) con Norsk Hydro y de sistemas de iniciación

con Enssign Bickford y adquirir, en 1999, un 51% del fabricante de explosivos de Bolivia, Fanexa.

Tras estos cambios, en 2001 se inicia otra etapa -más centrada en el crecimiento y la expansión del grupo- a partir de una operación de recapitalización. Pallas vende su 80% de UEE y los directivos reinvierten la suya hasta alcanzar el 42,5% del capital. Castañé decide permanecer en la compañía, a través de otro fondo, el luxemburgués Reef Investment, con el 39,5%, y se incorpora BancBoston Capital con un 18%. Todos los socios suscriben un pacto de permanencia de 5 años de duración, que confía la gestión al equipo de Sánchez-Junco y que fija una serie de criterios para valoración de activos y desinversión una vez transcurrido ese plazo.

Son precisamente estos criterios los que desencadenaron el enfrentamiento de los últimos meses entre los socios-gestores y los socios financieros. Estos últimos querían vender y hacer plusvalías, pero la valoración de la compañía efectuada de acuerdo con los criterios del pacto, que realizó el Santander y se situó en torno a los 300 millones de euros, no les satisfizo y tampoco los deseos de los gestores de ejercer sus derechos preferenciales para adquirirles a tal precio su paquete accionarial. Unos y otros han estado atrapados casi un año por sus diferencias actuales y por sus pactos de hace un lustro y más de una reunión del consejo de administración terminó sin acuerdos y en medio de grandes voces. BancBoston y Castañé no podían vender a terceros como querían, al parecer tenían buenos pretendientes sobre el 100% de UEE, y los gestores, que no deseaban vender, se veían sometidos a un clima de enfrentamiento permanente con sus socios.

350 millones

El pacto de permanencia terminó el 15 de diciembre y hasta abril no se ha logrado concluir el divorcio. Con el asesoramiento de Nmas1, y en asociación con los fondos Ibersuizas y Vista, el equipo gestor ha logrado que BancBsoton y Castañé aceptaron una oferta por la totalidad de sus acciones. El grupo de técnicos y directivos ha elevado su participación desde el 42,5% al 50% a través de un MBO y el resto se lo reparten los citados Ibersuizas y Vista Capital. El acuerdo, que según datos no confirmados se logró a partir de un umbral de valoración de activos próximo a los 350 millones, respalda la continuidad del presidente-director general (que a título personal controla ya más de un 20% del capital de la compañía) y de su equipo de gestores, y es un espaldarazo al plan estratégico de la compañía que se extiende hasta el año 2011.

El nuevo grupo, cuya imagen (más global y menos ligada a los explosivos y a su españolidad) y objetivos se presentarán en breve en un acto público, no descarta salir a Bolsa en un horizonte de dos o tres años.

José Fernando Sánchez-Junco, presidente y director general de UEE.

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