Picasso desde todos los ángulos

LA EXPOSICIÓN Picasso. Tradición y vanguardia, que se abre al público el próximo martes conjuntamente en el Museo del Prado y el Reina Sofía, promete convertirse en una de las más atractivas de la temporada. Será una especie de retrospectiva esencial del pintor malagueño, con un recorrido que, en el Prado, reunirá un centenar de obras, muchas de ellas provenientes de museos extranjeros. La excepcional muestra estará instalada en la galería central del Prado, en un encuentro impactante entre Picasso y los grandes maestros del pasado.

Estarán representadas todas las etapas de su la...

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LA EXPOSICIÓN Picasso. Tradición y vanguardia, que se abre al público el próximo martes conjuntamente en el Museo del Prado y el Reina Sofía, promete convertirse en una de las más atractivas de la temporada. Será una especie de retrospectiva esencial del pintor malagueño, con un recorrido que, en el Prado, reunirá un centenar de obras, muchas de ellas provenientes de museos extranjeros. La excepcional muestra estará instalada en la galería central del Prado, en un encuentro impactante entre Picasso y los grandes maestros del pasado.

Estarán representadas todas las etapas de su larga carrera artística, desde los periodos azul y rosa, pasando por el cubismo, el impacto de la Guerra Civil española y la Segunda Guerra Mundial en su obra y la larga última etapa de su trabajo, más compleja de lo que se suele considerar.

En el Museo Reina Sofía, donde se encuentra instalado el Guernica, se celebran los 25 años de su llegada a España, cumpliendo la voluntad del artista de que la pintura sea exhibida en España sólo después de la restitución de la democracia, tras haber estado a la espera de esta situación en el MOMA neoyorquino. La exposición que lo acompaña, además de las obras que completan el legado del Guernica, reúne una serie de cuadros que Picasso pintó, conmovido o indignado ante las atrocidades de varios conflictos bélicos. Entre ellos, La masacre de Corea (1951) o El osario (1945), además de dos magníficos ejemplos de la condena de la violencia como Ejecución de Maximiliano, de Edouard Manet, y Los fusilamientos del 3 de mayo, de Goya.

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