Crítica:LIBROS

Desequilibrios rigurosamente vigilados

El colegio de economistas de Madrid obsequia todos los años a los seguidores de la economía con un voluminoso repaso de la evolución anual de la situación económica española. Este año dedica 414 páginas a tal menester (incluyendo bibliografía). Un proyecto reiterado como éste ofrece escasas innovaciones; ya se sabe que incluirá a economistas prestigiosos, que el dominio temático será apabullante y que los análisis serán tan rigurosos y prudentes como corresponde a una docta institución. El que quiera emociones que haga puenting o compare, si tiene verdadero valor, cualquier análisis de ...

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El colegio de economistas de Madrid obsequia todos los años a los seguidores de la economía con un voluminoso repaso de la evolución anual de la situación económica española. Este año dedica 414 páginas a tal menester (incluyendo bibliografía). Un proyecto reiterado como éste ofrece escasas innovaciones; ya se sabe que incluirá a economistas prestigiosos, que el dominio temático será apabullante y que los análisis serán tan rigurosos y prudentes como corresponde a una docta institución. El que quiera emociones que haga puenting o compare, si tiene verdadero valor, cualquier análisis de economistas serios, como Krugman o Bradford de Long, con la patrulla neoliberal que guarda las fronteras ideológicas apostada en las tertulias de opinión que proliferan en los medios audiovisuales.

España 2005. Un balance

Varios autores

Colegio de Economistas

ISSN 0212-4386

El avasallador esfuerzo recopilatorio de España 2005 tiene, sin embargo, una utilidad digna de mención. Gracias a sus páginas es posible hacerse una idea aproximada de cuál es el pensamiento dominante entre el gremio de economistas, ese grupo de profesionales que, según el conocido chiste del globo, ofrece informaciones absolutamente exactas y totalmente inútiles. La tendencia de temporada es la modernización de la economía. Así cabe desprenderse del editorial de la publicación, en el que se detecta un cierto hastío por la monotonía de los indicadores económicos, instalados en el latiguillo "crecimiento económico por encima de la media con intensa creación de empleo" y, al mismo tiempo, las ganas incipientes de levantar la voz contra la pervivencia del modelo económico construcción más consumo. Pero, claro, mucho de esto está entre líneas y lo que aparece como explícito resulta poco detallado... todavía.

Con menos prosopopeya política aparece el tema recurrente de los desequilibrios internacionales. Los desequilibrios, de cualquier orden, parecen consustanciales a cualquier mercado u orden internacional. Pues bien, a pesar de ello, los famosos desequilibrios siempre aparecen como la gran amenaza para la estabilidad económica internacional -como si alguna vez hubiera existido tal estabilidad-, con el valor añadido de que suelen repetirse con asiduidad (petróleo, déficit exterior estadounidense...). No se corrigen, y siguen dando juego para el ejercicio siguiente. Bien, pues el de moda en el ejercicio es el déficit exterior americano, intensificado en esta oportunidad por las presiones para que China revalúe el yuan. El FMI, que con tanta dedicación dirige Rodrigo Rato, parece dispuesto a tomar cartas en el asunto.

En fin, que el escepticismo no oculte el hecho de que la publicación ofrece motivos de aprovechamiento para los lectores preocupados por la economía. Por el contrario. Son particularmente relevantes los análisis relativos al mercado de trabajo y tiene interés el artículo del director gerente del FMI, a pesar del trillado título La globalización, senda hacia un desarrollo verdaderamente mundial. Como la preocupación dominante es la modernización, cumple destacar el apartado de Innovación y Tecnología, en especial el que firma Francisco Blanco (Innovación y capacidad para emprender).

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