"¡No somos el Opus Dei!"

"¡No somos el Opus Dei para dictar cátedra moral!", exclamó Sepp Blatter para referirse a la polémica sobre el aumento de la prostitución en el Mundial de Alemania. "Necesitamos ayuda, necesitamos que alguien nos responda a esta pregunta: '¿Debe la FIFA intervenir cuando aparece la lacra de la prostitución en un país? ¿No se trata de un asunto que compete a la sociedad, al gobierno de un país? ¿Por qué se le pide al fútbol que intervenga en un ámbito que no le corresponde? No somos los guardianes de la moral en la sociedad. Nuestra responsabilidad social no alcanza cuestiones de este tipo, com...

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"¡No somos el Opus Dei para dictar cátedra moral!", exclamó Sepp Blatter para referirse a la polémica sobre el aumento de la prostitución en el Mundial de Alemania. "Necesitamos ayuda, necesitamos que alguien nos responda a esta pregunta: '¿Debe la FIFA intervenir cuando aparece la lacra de la prostitución en un país? ¿No se trata de un asunto que compete a la sociedad, al gobierno de un país? ¿Por qué se le pide al fútbol que intervenga en un ámbito que no le corresponde? No somos los guardianes de la moral en la sociedad. Nuestra responsabilidad social no alcanza cuestiones de este tipo, como el control de la prostitución o asuntos de carácter religioso", manifestó el presidente de la FIFA.

"El problema de las prostitutas persistirá mientras se celebre el Mundial y seguirá después. No es nuestra misión solucionar este problema. A veces confunden el papel de la FIFA. Hemos recibido cartas de infinidad de organismos que nos piden que nos manifestemos frente a tal o cual asunto. ¿Es nuestro territorio? La FIFA no puede arreglar los problemas que no solucionan las instituciones.

Sin embargo, Blatter apeló varias veces a la responsabilidad social que tiene el fútbol con su entorno. Habló de mil millones de personas que directa o indirectamente viven del primer deporte planetario. Se refirió a los valores que implica la práctica del fútbol y a sus consecuencias positivas en numerosos ámbitos sociales, culturales y económicos. Designó a África como objetivo primordial en un continente arrasado por las penalidades. Y se quejó de las miradas torcidas que se vierten sobre el fútbol.

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