De Miguel acusa a los socialistas de rentabilizar los muertos, que "les salió bien el 11-M"

Una de las preguntas de control al Consell, ayer por la tarde en el pleno de las Cortes Valencianas, desembocó en una monumental bronca entre populares y socialistas que obligó a suspender la sesión 20 minutos. Los ánimos ya estaban caldeados a raíz de la primera pregunta del PSPV, en torno a la corrupción en Orihuela, y terminaron por encenderse cuando, en respuesta a una cuestión sobre el incendio de marzo en una residencia de Massamagrell, en el que murieron cinco personas, la consejera de Bienestar Social, Alicia de Miguel, acusó a los socialistas de "intentar rentabilizar a los muertos", ...

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Una de las preguntas de control al Consell, ayer por la tarde en el pleno de las Cortes Valencianas, desembocó en una monumental bronca entre populares y socialistas que obligó a suspender la sesión 20 minutos. Los ánimos ya estaban caldeados a raíz de la primera pregunta del PSPV, en torno a la corrupción en Orihuela, y terminaron por encenderse cuando, en respuesta a una cuestión sobre el incendio de marzo en una residencia de Massamagrell, en el que murieron cinco personas, la consejera de Bienestar Social, Alicia de Miguel, acusó a los socialistas de "intentar rentabilizar a los muertos", algo que, según dijo acto seguido, "les salió bien en el 11-M".

Las últimas palabras de la consejera hicieron saltar de sus escaños a los socialistas, que gritaron "fuera" y la llamaron "sinvergüenza", mientras los populares aplaudían. Entre tanto, a pesar de que aún le quedaba tiempo, De Miguel dio por terminada su intervención, mientras el portavoz adjunto socialista Andrés Perelló pedía la palabra para exigirle que retirara la frase, por considerarla "lo más grave, gordo y doloroso que se ha oído en esta Cámara en los últimos 20 años". Entre el griterío, el portavoz adjunto del PP Rafael Maluenda pidió a su vez la palabra para recriminar a la socialista Nuria Espí, que había formulado la pregunta y había afirmado que la "responsabilidad última" de lo sucedido correspondía a la consejera, por acusarla "de ser responsable de algo que fue la primera en lamentar" y para pedir a la parlamentaria del PSPV que retirara la acusación.

Nervios

La vicepresidenta de la Cámara, Maira Barrieras, quien, en ausencia del presidente, Julio de España, dirigía el pleno, intentaba poner orden, sin éxito, y gritaba casi tanto como los diputados de los bancos del Gobierno y del PSPV. Los socialistas le pedían que no se pusiera "nerviosa" y Barrieras precisó: "No estoy nerviosa, soy nerviosa". De Miguel tomó la palabra para asegurar: "Yo no he dicho lo que Perelló dice que he dicho". Y añadió: "Lo que sí ha dicho la diputada Nuria Espí es que yo era culpable" de lo ocurrido. Y no retiró la frase. La socialista explicó que culpabilidad y responsabilidad política "son cuestiones muy diferentes". Ante la imposibilidad de controlar la situación, Barrieras decidió suspender el pleno por 10 minutos, aunque De España, que había asistido a su lado a los últimos momentos del griterío, consideró que eran necesarios 20.

Antes de todo eso, el diputado verde de Esquerra Unida-L'Entesa Carles Arnal había pedido al consejero de Territorio y Vivienda, Rafael Blasco, su valoración sobre el hecho de que un alto cargo de su departamento "compre tierras en un paraje situado junto a un lugar donde se pretendía ubicar proyectos urbanísticos en tramitación". Blasco aseguró que los terrenos adquiridos en noviembre de 2004 en Alcoi por el subsecretario Ramón Doménech "no han sido, ni son ni serán objeto de transformación urbanística".

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