Necrológica:

Ellen Kuzwayo, activista contra el 'apartheid' en Suráfrica

Ganó el premio literario CNA con sus memorias 'Call me woman'

Ellen Kuzwayo, la única mujer y la menos conocida de los fundadores de la lucha contra la segregación en Suráfrica, que aportó una sosegada fuerza moral durante la transición del Congreso Nacional Africano de movimiento ilegal a partido en el poder, falleció el miércoles 19 de abril en Johanesburgo, a los 91 años, a causa de las complicaciones de la diabetes.

La autobiografía publicada en 1985 y titulada Call me woman describe las palizas que le pegaba su primer marido y la entrega a él de la custodia del hijo de ambos cuando se separaron, porque por ley y tradición ella era meno...

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Ellen Kuzwayo, la única mujer y la menos conocida de los fundadores de la lucha contra la segregación en Suráfrica, que aportó una sosegada fuerza moral durante la transición del Congreso Nacional Africano de movimiento ilegal a partido en el poder, falleció el miércoles 19 de abril en Johanesburgo, a los 91 años, a causa de las complicaciones de la diabetes.

La autobiografía publicada en 1985 y titulada Call me woman describe las palizas que le pegaba su primer marido y la entrega a él de la custodia del hijo de ambos cuando se separaron, porque por ley y tradición ella era menor.

Esta obra la convirtió en la primera escritora negra que ganó el premio literario más prestigioso de Suráfrica, el CNA.

Tras el nombramiento de Nelson Mandela como presidente en 1994, Kuzwayo se convirtió, a los 79 años, en miembro del primer parlamento multirracial, en el que participó durante cinco años.

A su muerte, aún vivía en Soweto, la enorme y aislada ciudad satélite con casas diminutas y atestados campamentos precarios, ubicada a varios kilómetros de Johanesburgo y producto de la determinación de los gobernantes blancos de Suráfrica de alejar a todos los negros que no trabajaran como empleados domésticos.

Después de las revueltas de Soweto de 1976, provocadas por los disparos policiales contra escolares que protestaban por el cambio forzoso al afrikaans en las clases, Kuzwayo se convirtió en la única mujer de un comité de 10 personas que gobernaba informalmente el barrio cuando los miembros de la resistencia se negaban a pagar los alquileres al despreciado Consejo Urbano Bantú, nombrado por el Gobierno blanco. A consecuencia de ello, fue encarcelada sin cargos durante cinco meses en 1977.

Más tarde ayudó a establecer la Fundación Urbana, que presionaba al Gobierno para que permitiera a los negros ser propietarios de sus casas, y durante mucho tiempo fue asesora del Consejo de Hermanas Zamani de Soweto, el organismo que agrupa a las organizaciones de autoayuda de mujeres; fue también la primera presidenta de la Unión de Consumidores Negros y la secretaria general de la Asociación de Jóvenes Cristianas (YWCA).

Kuzwayo, cuyo nombre de soltera era Nuoseng Ellen Serasengwe, nació el 29 de junio de 1914, en el Estado Libre de Orange, una región agrícola dominada por afrikaners, en una familia de ministros protestantes y profesores; su abuelo materno se licenció en una universidad misionera en 1879 y fue director de un colegio masculino multirracial e intérprete judicial.

A los 22 años, Kuzwayo empezó a asistir a las conferencias del Congreso Nacional Africano con su padre. Posteriormente heredó una finca de 2.500 hectáreas, pero la perdió en los años setenta, cuando la zona fue recalificada y sólo podían ser propietarios los blancos.

En la década de los años cuarenta se unió a Nelson Mandela, Walter Sisulu, Oliver Tambo y otros en la formación de la disidente Liga Juvenil del Congreso Nacional Africano, una rama más militante del Congreso, de la que fue secretaria. Mandela creó más tarde el brazo armado, Umkhonto we Sizwe, o Flecha de la Nación. En 1964 fue declarado culpable de traición y sabotaje, y encarcelado hasta 1990.

Kuzwayo se hizo profesora en 1938, pero dejó la profesión en 1952, cuando las leyes para la Educación Nativa fueron sustituidas por la Ley de Educación Bantú, y se cerraron las escuelas de los misioneros.

"No tenía fuerza ni valor para enseñar a los niños de mi comunidad algo que me parecía muy pernicioso para su mente", diría años después. "El Partido Nacional les daba una educación inferior para que siguieran siendo esclavos de los blancos".

Se hizo trabajadora social, y acabó siendo una figura reverenciada de Soweto -conocida como Ma K-, que asesoraba a grupos de mujeres, iglesias y colegios, y recibía un salario del Departamento de Trabajo Social de la Universidad del Witwatersrand, en Johanesburgo.

Una de sus quejas más frecuentes era "el daño duradero" que el apartheid y la lucha violenta contra él habían hecho a los niños de Suráfrica. La película Tsotsi, que ganó este año el Oscar a la mejor película extranjera, es una muestra de la vida de los jóvenes gamberros en los trenes de Soweto a Johanesburgo. En 1996, Ellen Kuzwayo describió ante la Comisión de la Verdad los cambios que había observado en jóvenes como ellos. Ya en 1951 había participado en una película famosa sobre la delincuencia y la injusticia en Suráfrica, Llanto por la tierra amada, protagonizada por Sydney Poitier. Hacía un pequeño papel interpretando a la propietaria de una taberna ilegal de Soweto.-

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