Expertos alertan contra el modelo de desarrollo urbano y turístico

Cuatro premios Jaume I piden un crecimiento equilibrado

La desmesurada ocupación urbanística de la costa, la presión del turismo, el riesgo de desertificación, la escasez de agua y el impacto del cambio climático en la cuenca mediterránea exigen una nueva estrategia de desarrollo sostenible que compatibilice el crecimiento económico y la protección del medio ambiente. Así lo exige el Alto Consejo Consultivo en un estudio de cuatro premios Jaume I presentado ayer en Valencia.

"El futuro que vemos es extremadamente incierto", advirtió ayer el catedrático Francisco García Novo como colofón a una exposición en la que destacó algunos de los pelig...

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La desmesurada ocupación urbanística de la costa, la presión del turismo, el riesgo de desertificación, la escasez de agua y el impacto del cambio climático en la cuenca mediterránea exigen una nueva estrategia de desarrollo sostenible que compatibilice el crecimiento económico y la protección del medio ambiente. Así lo exige el Alto Consejo Consultivo en un estudio de cuatro premios Jaume I presentado ayer en Valencia.

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"El futuro que vemos es extremadamente incierto", advirtió ayer el catedrático Francisco García Novo como colofón a una exposición en la que destacó algunos de los peligros del actual modelo de desarrollo en el área mediterránea que ha analizado la comisión de medio ambiente del Alto Consejo Consultivo en I+D de la Generalitat. Las aportaciones de cuatro premios Jaume I a la protección del medio ambiente -José Luis Rubio, José María Baldasano, Ramón Martín Mateo y el propio García Novo- conforman la Estrategia mediterránea de desarrollo sostenible, que culmina con una propuesta de 15 "principios básicos" para lograr un crecimiento equilibrado y respetuoso con el medio ambiente en los países mediterráneos. Un entorno "privilegiado, pero frágil", sometido a una fuerte presión humana y con problemas "preocupantes" que suponen al mismo tiempo un "desafío" para hallar soluciones, incidió el investigador José Luis Rubio.

La lista de impactos negativos sobre el entorno natural abarca desde la urbanización masiva del litoral y la presión turística hasta el riesgo de desertificación, la contaminación o los incendios, pasando por las consecuencias del cambio climático y las tensiones culturales entre el norte y sur. Desde una perspectiva que contempla la evolución y realidad de los países del Mediterráneo, los autores abordan así las ventajas y limitaciones del clima mediterráneo, la evolución sociocultural, los usos del territorio, la explotación de los recursos, entre otros aspectos, y dedican capítulos específicos al cambio climático y la necesidad ineludible de modificar el modelo energético, así como al uso del agua y a la incidencia del turismo.

En su descripción de los usos urbanos e industriales, destacan la fuerte concentración de población en zonas litorales y alertan contra el "desmesurado desarrollo costero". Así, los expertos consideran que "los efectos ambientales negativos" de "esta acumulación urbano-industrial" son preocupantes y "desde luego no se orientan hacia un uso sostenible del territorio y sus recursos". La contaminación y el deterioro paisajístico "se han incrementado alarmantemente en las últimas décadas". Y añaden: "El paisaje natural genuino del litoral mediterráneo también se destruye de forma irreversible por el ritmo masivo de construcciones en la costa". En ese contexto, el desarrollo turístico "arroja luces y sombras" por las que es necesaria una "ordenación" de sus actividades que las convierta en "una clave para sostener paisajes y cultura rural" y de consumo racional de los recursos.

La preocupación por la sobreexplotación de los recursos hídricos es otro problema destacado. El agua supone un "factor limitante" en el Mediterráneo que exige el "desarrollo de una política general e integrada para el uso eficiente" del agua, concluyen los expertos. La prevención frente al cambio climático con la disminución de las emisiones contaminantes y energías alternativas; la protección del suelo y los medios naturales amenazados; una ordenación que reconduzca la expansión urbana; la gestión adecuada de residuos; la cooperación entre países; la investigación e innovación son las bases principales de la estrategia de desarrollo sostenible en el Mediterráneo. En definitiva, se trata de "planificar con coherencia medioambiental", resumió Rubio.

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El consejero de Territorio y Vivienda, Rafael Blasco, recogió el testigo y aseguró que la obra señalará el "guión" de la estrategia valenciana de desarrollo sostenible, "en fase avanzada". Blasco afirmó que el estudio "reorientará algunos criterios" y destacó, entre otros aspectos, que los expertos valoran las posibilidades "de mantener criterios de sostenibilidad de forma amplia y rigurosa", alaban la red de microrreservas de flora de la Generalitat y ven satisfactoria la protección del parque de L'Albufera.

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