La planta de Dragados en Puerto Real construirá una planta para extraer crudo
La empresa canadiense Nexen ha encargado a la factoría de Dragados en Puerto Real (Cádiz) la construcción de una gran plataforma de extracción de crudo que ocupará a un millar de empleados en los dos próximos años. Los trabajos comenzarán en verano, cuando la planta gaditana concluya otra plataforma petrolífera, de similares características, que ultiman un millar de empleados de esta fábrica en el llamado proyecto Buzzard, también para el grupo Nexen.
Según adelantó ayer Información, este nuevo contrato propiciará que la planta de Dragados de Puerto Real contrate nueva mano de ob...
La empresa canadiense Nexen ha encargado a la factoría de Dragados en Puerto Real (Cádiz) la construcción de una gran plataforma de extracción de crudo que ocupará a un millar de empleados en los dos próximos años. Los trabajos comenzarán en verano, cuando la planta gaditana concluya otra plataforma petrolífera, de similares características, que ultiman un millar de empleados de esta fábrica en el llamado proyecto Buzzard, también para el grupo Nexen.
Según adelantó ayer Información, este nuevo contrato propiciará que la planta de Dragados de Puerto Real contrate nueva mano de obra especializada que complementará la plantilla actual, que ronda los 1.200 operarios. La empresa detallará la magnitud de este proyecto en cuanto se plasme la firma del contrato, previsto para principios del mes de mayo.
Este nuevo pedido confirma nuevamente a la factoría de Puerto Real como una de las más importantes del sector industrial energético y con mayor vanguardia tecnológica de todo el mundo. Uno de sus proyectos más emblemáticos lo entregó hace seis meses cuando concluyó una de las mayores plataformas de abastecimiento y tratamiento de gas licuado del mundo. Se trata de una enorme estructura -de 25.000 toneladas, 60 metros de altura, más de 200 de largo y una superficie de 8.300 metros cuadrados- que opera en la isla de Melkoya, situada en el mar de Barents al norte de Noruega y Rusia en el Círculo Polar Ártico. Más de 2.400 trabajadores invirtieron 4,5 millones de horas durante 28 meses en su construcción, que costó más de 300 millones.