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A Alemania, pero de jefe

Muchos de los españoles que emigraron a Alemania en la década de los sesenta tuvieron como destino laboral algunas de las fábricas de Siemens, el mayor grupo industrial del país. Entonces les hubiera resultado difícil creer que un español de 54 años iba a presidir la mayor división de la multinacional alemana, la de comunicaciones.

Se llama Eduardo Montes, es ingeniero industrial y se ha pasado la mitad de su vida en Siemens España, en un viaje de ida y vuelta, ya que ingresó en la compañía en 1975, la abandonó ocho años después, y regresó para dirigirla en 1995, primero como consejero ...

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Muchos de los españoles que emigraron a Alemania en la década de los sesenta tuvieron como destino laboral algunas de las fábricas de Siemens, el mayor grupo industrial del país. Entonces les hubiera resultado difícil creer que un español de 54 años iba a presidir la mayor división de la multinacional alemana, la de comunicaciones.

Se llama Eduardo Montes, es ingeniero industrial y se ha pasado la mitad de su vida en Siemens España, en un viaje de ida y vuelta, ya que ingresó en la compañía en 1975, la abandonó ocho años después, y regresó para dirigirla en 1995, primero como consejero delegado y más tarde como presidente. En ese paréntesis estuvo en otras multinacionales como Alcatel o GEC Alsthom y también trabajó para la Administración.

Casado, y con tres hijos, es madrileño y del Real Madrid, club cuyas camisetas lucen el nombre de Siemens. Le gusta la ópera y la pintura. En las paredes de su despacho cuelga un picasso y grabados de Alberti, aunque siente especial debilidad por Ramón Casas, uno de los máximos representantes del modernismo catalán.

Cuando se hizo con las riendas de la filial española, ésta perdía 11 millones de euros; ahora la deja con unos beneficios de 240 millones. Tal vez por eso le otorgarán el Premio al Mejor Gestor del Año 2005. Pero también ha habido chinas en su gestión al frente de Siemens España. La más gorda: el retraso en la fabricación y entrega de los trenes AVE para la línea Madrid-Barcelona, por el que tuvo que abonar a Renfe un multa de 21 millones de euros. Montes, que presume de que su equipo nunca le ha visto de mal humor, admitió con talante la penalización ("nos han puesto una multa, la pagamos y eso es todo").

Heinrich von Pierer, el todopoderoso presidente de Siemens, le ha llamado a Múnich para que comparta las decisiones estratégicas del grupo. El 1 de mayo se hará cargo de la división que integra las actividades de telecomunicaciones, software, hardware y consultoría, factura 13.000 millones de euros y tiene 55.000 empleados.

Montes no tiene ninguna duda de que su nombramiento en Alemania tiene que ver con la labor desempeñada en España. "Mi mayor éxito reside en haber gestionado durante diez años la compañía con un volumen creciente del negocio, una rentabilidad satisfactoria y un incremento de la productividad constante", ha dicho a modo de despedida. Ahora, como a los inmigrantes de los sesenta, a Eduardo Montes también le espera un trabajo duro en Alemania. Pero de jefe.

SCIAMMARELLA

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