Análisis:A LA PARRILLA

El gusto es suyo

Con Arús... tan a gustito (TVE) responde a lo que promete su título: culto a la personalidad y una premeditada voluntad de pasarlo bien. Otra cosa es que el hiperdinamismo de Alfonso Arús sature nuestra capacidad de asimilación y que la idea que él tiene de sentirse a gusto coincida más con la frialdad de un encargo que con la complicidad que requiere la zona más descompresiva de la parrilla. No es un formato improvisado. Arús lo ensaya cada día en una versión de sobremesa de la cadena TD8. Su capacidad de trabajo no tiene límites y su late night es la culminación a una jornada q...

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Con Arús... tan a gustito (TVE) responde a lo que promete su título: culto a la personalidad y una premeditada voluntad de pasarlo bien. Otra cosa es que el hiperdinamismo de Alfonso Arús sature nuestra capacidad de asimilación y que la idea que él tiene de sentirse a gusto coincida más con la frialdad de un encargo que con la complicidad que requiere la zona más descompresiva de la parrilla. No es un formato improvisado. Arús lo ensaya cada día en una versión de sobremesa de la cadena TD8. Su capacidad de trabajo no tiene límites y su late night es la culminación a una jornada que empieza temprano y con colaboradores parecidos: su esposa, Angie Cárdenas; sus amigos y colegas José Miguel Cruz y Toni de las Heras, las hermanas Las Piercing, la reportera vamp Montse Sulé, la polivalente Mónica Palenzuela o su cuñado Javier Cárdenas. Ésta es la base visible de un equipo que exprime su capacidad creativa sin tiempo para pasar por la siempre conveniente reflexión autocrítica.

Arús mantiene dos espectáculos simultáneos, uno de pequeño formato (TD8), y el de TVE, con más medios y mayor onda expansiva. Curiosamente, en el formato reducido, Arús se muestra más imaginativo, mordaz y libre que cuando abusa de una amabilidad a piñón fijo, ya sea entrevistando a la ex de Pepe Navarro o a un galán de culebrón, siempre con esa sonrisa a medio camino entre la admiración meliflua de fan de sus invitados y el énfasis hospitalario de anfitrión plasta. Predomina la sonrisa, la simpatía familiar, el cotilleo blando y sin la toxicidad carroñera del momento (Rocío Dúrcal, Rocío Jurado), el humor blanco, el guiño sexy y libre del lastre de la corrección política y un dominio del medio que le permite seguir innovando con hallazgos que pronto serán imitados (un zapping fresco, del día). Arús se sitúa en un modelo de entretenimiento plano, sin broncas, en el que algunos de sus seguidores echamos de menos su lado más desmadrado y su agilidad sarcástica y coloquial, y en el que da la impresión de estar más a gustito él que nosotros.

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