Reportaje:Tenis | Masters Series de Indian Wells

Nadal no da respiro a Baghdatis

El español se deshace en hora y media del chipriota y le deja en blanco en la segunda manga

Estrujar, exprimir, subyugar y ganar. Ésa es la receta de Rafael Nadal. El correctivo físico y psíquico que el tenista español inflige a sus rivales. Marcos Baghdatis, la sensación chipriota, subcampeón del reciente Open de Australia ante el suizo Roger Federer, no fue la excepción. Cayó en poco más de una hora y media por 7-5 y 6-0. Suficiente para Nadal, que en la pasada madrugada debía enfrentarse al estadounidense James Blake por una plaza en la final del Masters Series de Indian Wells posiblemente frente a Federer, al que ya venció semanas atrás en Dubai y que, a su vez, tenía que ...

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Estrujar, exprimir, subyugar y ganar. Ésa es la receta de Rafael Nadal. El correctivo físico y psíquico que el tenista español inflige a sus rivales. Marcos Baghdatis, la sensación chipriota, subcampeón del reciente Open de Australia ante el suizo Roger Federer, no fue la excepción. Cayó en poco más de una hora y media por 7-5 y 6-0. Suficiente para Nadal, que en la pasada madrugada debía enfrentarse al estadounidense James Blake por una plaza en la final del Masters Series de Indian Wells posiblemente frente a Federer, al que ya venció semanas atrás en Dubai y que, a su vez, tenía que medirse al tailandés Paradorn Srichaphan.

La primera manga fue tan disputada como vibrante. Animoso y concentrado, Nadal logró un breack para alcanzar un indicativo 5-2. Pero entonces debió sufrir de lo lindo ante el fuerte ritmo que imprimió Baghdatis. El chipriota se alimentó de su potente servicio, de su sólido y profundo drive y de sus piernas, que le permitieron alcanzar las pelotas imposibles que le mandaba el balear desde el otro lado de la red. Con un leve movimiento de empuñadura, Baghdatis deslumbró al coger esas bolas tan complicadas en carrera. Su flema ante la presión del manacorí y su revés a dos manos, incisivo y paralelo, le permitieron igualar a 5. Fue, sin embargo, su último juego. Siempre fiable, Nadal aguantó el sucesivo intercambio de golpes que le ofrecía su adversario y le sometió a su juego combativo. Y, de un arreón, resolvió.

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Confiado en sus posibilidades y autoespoleado por su ya característico "¡vamos!", Nadal aplastó a Baghdatis en el segundo set. Fue cuando se atrevió a desprender su tenis esplendoroso, ése que logra después de acompañar el golpeo con el cuerpo y que culmina con la raqueta sobre los hombros. Además, despedazó las pelotas a media pista que alcanzaba a tirar el chipriota como último resuello. Reconcomido como estaba -cometió cuatro dobles faltas y sumó 16 puntos en seis juegos- por la presión psíquica, Baghdatis acabó por claudicar, por mostrar esa imagen tan irregular que exhibió desde que saltó al profesionalismo, pero que borró en Merlbourne. La táctica inteligente de Nadal de cargarle el juego al revés, dado que sus piernas ya no le permitían cubrírselo con tanta facilidad, ayudó al desenlace final.

"Hoy he recibido una buena lección. No he jugado mal, pero Nadal tiene unos golpes de fondo muy buenos, tanto de drive como de revés", admitió Baghdatis. Y apostilló: "Llega a todo. Es un gran atleta. Pero creo que ya sé lo que tengo que trabajar para la próxima vez que nos enfrentemos. Quizá tenga una táctica para ganarle...". Nadal miró hacia delante, hacia Blake, su nuevo contrincante: "Será un partido muy complicado porque está jugando fuerte. Pero estoy motivado después de que me ganara el año pasado en el Open de Estados Unidos". Y sentenció: "Si juego como sé, puedo ganarle".

Rafael Nadal devuelve, forzado, una pelota a Marcos Baghdatis.REUTERS

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