De la Peña libera al Espanyol

Acuciado y deprimido como estaba el Espanyol, una floritura maravillosa de Luis García y un zapatazo de Fredson fueron la mejor medicina para la zozobra e inestabilidad que fustiga al club en las últimas fechas. El Celta, infantil y despreocupado en la contención, claudicó de forma inesperada si a sus intenciones europeas se atiende. Pero que el Celta bajara los brazos se entiende porque De la Peña tuvo a bien tirar de ingenio con sus asistencias. La roja directa a Sá en la primera mitad hizo que el triunfo blanquiazul, además de balsámico, fuera heroico y delicioso para el paladar sediento de...

Acuciado y deprimido como estaba el Espanyol, una floritura maravillosa de Luis García y un zapatazo de Fredson fueron la mejor medicina para la zozobra e inestabilidad que fustiga al club en las últimas fechas. El Celta, infantil y despreocupado en la contención, claudicó de forma inesperada si a sus intenciones europeas se atiende. Pero que el Celta bajara los brazos se entiende porque De la Peña tuvo a bien tirar de ingenio con sus asistencias. La roja directa a Sá en la primera mitad hizo que el triunfo blanquiazul, además de balsámico, fuera heroico y delicioso para el paladar sediento del Espanyol.

El Celta se olvidó de presionar a Lo Pelat, el hombre más desequilibrante del Espanyol. Un descuido que le pasó la peor de las facturas y que tiene su origen en una argucia de Lotina. Fernando Vázquez alineó a Jorge y Silva, hombres de banda por definición que se desentienden en las tareas defensivas, en la mediapunta. Oubiña quedó sólo en el centro del campo. Básicamente porque Lotina ordenó a De la Peña dar un paso al frente a la hora de atacar. Y eso le liberó. Fredson se acercaba a Oubiña para que notara su presencia, le marcara y otorgara unos metros a lo Pelat. Y si De la Peña tiene espacio, el Espanyol olvida todos sus temores. El nueve blanquiazul confiere al equipo el descaro y la sagacidad suficientes para que a cualquier defensa le entre el tembleque. Con un ritmo notable, el Espanyol circuló el balón por la medular hasta que se quedó en inferioridad por el empujón que Sá, como último defensor, le propinó a De Ridder. El Celta quedó entonces más pendiente de las incursiones de los carrileros blanquiazules que de la habilidad de De la Peña, que subió la barbilla, oteó al frente y lanzó un pase por encima de la maraña celtiña. El control con la puntera de Luis García descolocó a Pinto, que nada pudo hacer cuando Tamudo remató.

El equipo celeste olvidó presionar a 'Lo Pelat', que dio los pases de gol a Tamudo y Fredson

El tridente ofensivo del Espanyol -los otros siete titulares eran de corte defensivo- justificaron la conservadora idea del técnico. A Lotina ya no le preocupa asumir que su equipo prefiere ceder la iniciativa. Pero el Celta, inocente y ramplón, jugó a lo mismo. Otro pase de De la Peña, intuyendo el movimiento de Fredson, acabó en gol. Lotina, con vistas al partido de vuelta contra el Depor en la Copa, reemplazó a De la Peña por Domi y a Ito por Tamudo para dormir el partido. Lo consiguió.