Los directivos hacen canasta

Los entrenadores y jugadores de baloncesto españoles han puesto sus conocimientos a disposición de la firma de recursos humanos Creade. Una investigación de esta compañía concluye que, si las empresas fomentaran la cultura de la exigencia frente al método de la presión, "el rendimiento de sus grupos de trabajo se incrementaría de forma muy notable". Con esta técnica, considerada "determinante" por el 93% de los entrenadores, el esfuerzo se centraría en los resultados a largo plazo, alejando actitudes individualistas que pondrían en peligro el potencial del equipo y la calidad del trabajo.
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Los entrenadores y jugadores de baloncesto españoles han puesto sus conocimientos a disposición de la firma de recursos humanos Creade. Una investigación de esta compañía concluye que, si las empresas fomentaran la cultura de la exigencia frente al método de la presión, "el rendimiento de sus grupos de trabajo se incrementaría de forma muy notable". Con esta técnica, considerada "determinante" por el 93% de los entrenadores, el esfuerzo se centraría en los resultados a largo plazo, alejando actitudes individualistas que pondrían en peligro el potencial del equipo y la calidad del trabajo.

Según Virgili Delgado, responsable del área de desarrollo y liderazgo de Creade, el nivel de exigencia en los equipos de la ACB "es el más alto que he encontrado" en 20 años de carrera. En este punto coincide Mario Bayarri, director de negocio de la ACB, quien explica que "los jugadores de baloncesto están muy acostumbrados a resolver situaciones de máxima presión en tiempo reducido".

Las conclusiones del estudio son la base de los seminarios 'ACB Campus Empresas', en los que participarán entrenadores y jugadores

Las conclusiones del estudio han servido para diseñar los seminarios ACB Campus Empresas, en los que participarán entrenadores como Sergio Scariolo, de Unicaja; Aíto García Renerses, del DKV Joventut, y Ricard Casas, del Pamesa, además de los ex jugadores Antonio Martín , José Antonio San Epifanio, Epi, y Joan Creus.

La identificación de cada miembro del equipo con el objetivo común es otro de los puntales para que funcione el grupo, según los profesionales del baloncesto. Desde Creade dicen que "el directivo, como si de un técnico de baloncesto se tratara, debe saber asignar a cada uno su papel dentro del conjunto, manejar la llegada de nuevos miembros o la aparición de conflictos". Epi, uno de los mejores jugadores en los ochenta, reconoce que cuando se retiró se encontró "perdido y con el baloncesto por toda escuela". Ahora dirige su propia empresa, en la que asegura que ha aplicado "al cien por cien" sus conocimientos deportivos: "Y funcionan". Para Joan Creus, que jugó hasta los 42 años al máximo nivel y ahora es segundo entrenador de la selección, hacer un análisis "emocional" de las tareas a realizar es "muy relevante" en el ejercicio del liderazgo.