Crónica:Fútbol | 25ª jornada de Liga

El Barça gana a la italiana en Zaragoza

Los azulgrana transformaron sus dos únicas ocasiones de gol ante un rival que tuvo mayor presencia en el partido

Tras vencer el miércoles al Chelsea en la Champions, el Barça acabó ayer saldando sus cuentas pendientes en la era Rijkaard con una victoria en Zaragoza que desató la ira de La Romareda. Pese a arrastrar el cansancio del partido europeo, el Barça resurgió en el último cuarto, cuando tomó aire al entrar Larsson. El Zaragoza anuló a los azulgrana hasta que en tres minutos todo cambió. Eto'o revolucionó el partido con un amago de abandonar el césped por oír insultos racistas y, justo cuando le convencieron para que siguiera, llegó el gol. A la salida de un córner, Celades despejó con la mano un t...

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Tras vencer el miércoles al Chelsea en la Champions, el Barça acabó ayer saldando sus cuentas pendientes en la era Rijkaard con una victoria en Zaragoza que desató la ira de La Romareda. Pese a arrastrar el cansancio del partido europeo, el Barça resurgió en el último cuarto, cuando tomó aire al entrar Larsson. El Zaragoza anuló a los azulgrana hasta que en tres minutos todo cambió. Eto'o revolucionó el partido con un amago de abandonar el césped por oír insultos racistas y, justo cuando le convencieron para que siguiera, llegó el gol. A la salida de un córner, Celades despejó con la mano un tiro de Edmilson que iba dentro y Ronaldinho transformó el penalti. Después, Eto'o tiró un contragolpe y Larsson remató a la red para cerrar definitivamente el encuentro.

ZARAGOZA 0 - BARCELONA 2

Zaragoza: César; Ponzio, Álvaro, Gabi Milito, Toledo (Cuartero, m. 83); Óscar (Generelo, m. 84), Zapater (Savio, m. 84), Celades, Cani; Diego Milito y Ewerthon.

Barcelona: Víctor Valdés; Belletti, Puyol, Márquez, Sylvinho; Deco, Edmilson, Motta (V. Bommel, m. 54); Messi (Larsson, m. 69), Eto'o y Ronaldinho (Iniesta, m. 87)

Goles: 0-1. M. 78. Ronaldinho tranforma un penalti por manos de Celades tras un disparo de Edmilson. 0-2. M. 83. Larsson remata un balón servido por Eto'o tras una recuperación de Márquez.

Árbitro: Esquinas Torres. Expulsó a Celades por rechazar con la mano un remate de Edmilson (m. 78) y amonestó a Diego Milito.

La Romareda: 28.000 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Zarra.

Larsson actuó de nuevo como revulsivo y certificó el triunfo tras un penalti de Ronaldinho
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El Barça se sacó así la espina y dio otro paso para afianzarse en el liderato. La victoria fue casi un premio inesperado para los azulgrana, que no habían dado hasta entonces ni una a derechas. Pero tampoco el Zaragoza fue el de los contragolpes letales de Diego Milito y Ewerton. Tuvo el Barça el mérito de resistir y de acabar ignorando los abucheos de la grada y los gritos de "tongo, tongo". Jugó al final con oficio y con la misma arma letal que hasta entonces le había aplicado el Zaragoza: el contragolpe.

Pero todo eso sucedió al final, porque durante una larga hora el Barça no supo cómo jugarle a un equipo que le eliminó en la Copa y que le ha amargado la vida desde que lo dirige Víctor Muñoz. Y eso que la alineación de ayer, -salvo los laterales-, era la misma que ganó en Stamford Bridge y muy distinta a la que hace un mes cayó goleada en Zaragoza. Había un cambio por línea: en la portería (Valdés), en la defensa (Puyol), en el centro de campo (Deco y Motta) y en la delantera (Eto'o). Pero todo eso apenas se notó. Escaldado por las escapadas de los dos velocísimos puntas del Zaragoza, el Barça echó el freno para evitar una pérdida de balón que supusiera un contragolpe. El Zaragoza amarró bien atrás y César vivió tan pancho ante el trío de delanteros azulgrana, por mucho que intercambiaran posiciones. A Eto'o no se le vio hasta el final; Ronaldinho casi nunca pudo hasta el gol y Messi tampoco fue el de Chelsea. Apenas se fue un par de veces de su par, el lateral Toledo.

El plan le fue bien en la Copa a Víctor y apenas lo cambió en la Liga. Le tiene tomada la medida al Barça como nadie. El Zaragoza juntó las líneas, se replegó de perlas y esperó su ocasión. Pero esta vez se encontró con un rival mucho más atento y menos dispuesto a concederse alegrías ofensivas. Belletti reprimió su vocación atacante, Sylvinho apenas subió y Márquez defendió como un jabato. Fue un partido tan trabado, con tantas faltas y tanto miedo que las mejores ocasiones llegaron con sendas caídas (Álvaro y Ronaldinho) en las dos áreas que el árbitro no pitó pese a los aspavientos de Rijkaard. No pasó mucho más salvo disparos lejanos de Ewerton y Motta, muy lento ayer y que perdió más de un balón. No tardó Rijkaard en cambiarlo por Van Bommel al poco del descanso.

Fue el partido tan plomizo que no pasó casi nada hasta el final. El Zaragoza buscó el contragolpe pero se estrelló siempre ante dos muros: un soberbio Márquez y en la línea de fuera de juego que tiró reiteradamente la zaga azulgrana,muy protestada por la grada. El Barça no podía retener el balón ni encontrar espacios. Rijkaard optó entonces por un recurso que suele salir bien: sustituyó a Messi, que salió aplaudido de La Romareda, y tiró de Larsson para arrastrar a los defensas.

El sueco dio aire al equipo y el partido entonces entró en una espiral extraña cuando Eto'o estuvo a punto de irse del campo. Justo después, llegó el gol de penalti de Ronaldinho. Y dos minutos después, Márquez cogió un balón y metió un pase perfecto para el camerunés, que lo colocó en la cabeza de Larsson, que marcó el octavo en once partidos. Con La Romareda encendida y acusando a Eto'o de tender una trampa para descentrar a su equipo, al Barça sólo le quedó, trifulcas finales incluidas, congelar un partido para acabar ajustando sus cuentas en una semana completa.

Larsson celebra su gol en la Romareda.EFE

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