Necrológica:

Pedro González González, actor

Participó en varios 'westerns' junto a John Wayne y Andrew McLaglen

El pasado 6 de febrero, a los 80 años, falleció Pedro González González, versátil actor secundario que llegó a ser uno de los escasos intérpretes mexicanos reconocibles en el cine y la televisión estadounidenses de las décadas de los años cincuenta y sesenta.

Nacido el 24 de mayo de 1925 en Aguijares, en el estado de Tejas, González obtuvo cierta popularidad en el mundo artístico tras su participación en el concurso televisivo Apueste su vida (1953), en el que actuaba nada menos que como contrincante de Groucho Marx quien, ante la propuesta del actor de un posible show de ...

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El pasado 6 de febrero, a los 80 años, falleció Pedro González González, versátil actor secundario que llegó a ser uno de los escasos intérpretes mexicanos reconocibles en el cine y la televisión estadounidenses de las décadas de los años cincuenta y sesenta.

Nacido el 24 de mayo de 1925 en Aguijares, en el estado de Tejas, González obtuvo cierta popularidad en el mundo artístico tras su participación en el concurso televisivo Apueste su vida (1953), en el que actuaba nada menos que como contrincante de Groucho Marx quien, ante la propuesta del actor de un posible show de González González y Marx, aportó una réplica memorable: "¡Un show de dos personas y yo en tercer lugar!".Llamó la atención de John Wayne, quien le ofreció un contrato de siete años con su productora. Es el inicio de una carrera que abarca más de 40 años y decenas de películas y producciones para televisión.

Su oportunidad más relevante llegaría cuando el maestro Howard Hawks lo reclutase para formar parte del reparto de la inmortal Río Bravo (1959). Entre sus películas, se cuentan varias colaboraciones con John Wayne, tres de ellas a las órdenes de Andrew V. McLaglen: McLintock! (1963), Los luchadores del infierno (1968) y Chisum (1970).

Fue un actor vitalista y natural; su talento le era por completo innato y, de hecho, nunca aprendió a leer ni a escribir: memorizaba sus líneas gracias a las continuas lecturas por parte de su esposa.

De él llegó a decir el actor Edward James Olmos: "Inspiró a todos los actores latinos". Cierto es que nunca llegó a superar el status de actor modesto, pero su rostro se convirtió en una presencia constante en la gran pantalla y, desde su debut en el western de Budd Boetticher Wing of the hawk, llegó a formar parte del elenco de innumerables películas, alcanzando sus mayores éxitos siempre en atractivos filmes del Oeste, como Furia en el valle (1958), de George Sherman o Látigo (1971), de Burt Kennedy y en producciones televisivas como El gran Chaparral, Gunsmoke y Wanted: dead or alive.-

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