Necrológica:NECROLÓGICAS

Juan Pecourt, una gran pérdida para la arquitectura y el urbanismo

MATILDE ALONSO SALVADOR

El Urbanismo perdió ayer a un hombre irremplazable. A partir de ahora, nuestra ciudad, nuestras instituciones y todos nosotros nos hemos convertido en tristes testigos de su ausencia. Esto sí que ha sido un golpe asestado en lo más profundo de nuestras almas, en la debilitada subsistencia de nuestra ciudad y de nuestra historia. Un revés a la esperanza de recuperar la dignidad de la profesión de arquitecto en un mundo delirante que, en el mejor de los casos -cuando no tortura, ni asesina, ni bombardea-, premia a los majaderos, consiente a los mezquinos y castiga la honestidad, la cordura y la ...

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El Urbanismo perdió ayer a un hombre irremplazable. A partir de ahora, nuestra ciudad, nuestras instituciones y todos nosotros nos hemos convertido en tristes testigos de su ausencia. Esto sí que ha sido un golpe asestado en lo más profundo de nuestras almas, en la debilitada subsistencia de nuestra ciudad y de nuestra historia. Un revés a la esperanza de recuperar la dignidad de la profesión de arquitecto en un mundo delirante que, en el mejor de los casos -cuando no tortura, ni asesina, ni bombardea-, premia a los majaderos, consiente a los mezquinos y castiga la honestidad, la cordura y la brillantez. Su existencia fue casi un milagro y su falta una realidad escalofriante que duele y dolerá hasta el final. Nunca más volveremos a escuchar en vivo las magníficas reflexiones que Juan Pecourt construía sobre el territorio, sobre la huerta, sobre la periferia, sobre los sinsentidos del nuevo desarrollismo. Sobre ese urbanismo ágrafo de cortas miras y fines mercantilistas. Sobre la misma ausencia de urbanismo.

Resulta desgarrador, pero nunca más incomodará con su cordura a los fanáticos del disparate. Este hombre, al que no le cabía más bondad en el cuerpo, nunca más nos transmitirá su vasta cultura, ni su clarividencia, ni su sensibilidad. Tampoco vamos a ver materializados los extraordinarios planes y proyectos que redactó para las murallas y el centro histórico de Valencia. Sólo nos quedan sus trabajos, que no es poco, el duelo por tantos compartido, su maravillosa familia y el sonido inolvidable de una voz diáfana, que miraba de frente, valiente y tremendamente sincera que permanecerá siempre en nuestro corazón para desentrañar todos los enigmas que ha dejado su grandeza.

Esa grandeza que lo llevó a no querer comprender el mundo. Para vergüenza del mundo.

Matilde Alonso Salvador es arquitecta y profesora de Urbanismo de la Universidad Politécnica de Valencia

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