Editorial:

Jóvenes de hoy

Como en tantas otras cosas, tampoco en su actitud ante la política los jóvenes españoles de hoy desentonan mucho de las tendencias dominantes en la sociedad en que viven. El retrato que dibuja la encuesta sobre Jóvenes y política, elaborada por la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción, el Instituto de la Juventud y la Obra Social de Caja Madrid, entre jóvenes de 15 a 24 años, responde a los trazos más característicos del conjunto de la sociedad: desconfianza ante la política y los políticos pero identificación mayoritaria con la democracia (el 70% considera que hay que votar). Se de...

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Como en tantas otras cosas, tampoco en su actitud ante la política los jóvenes españoles de hoy desentonan mucho de las tendencias dominantes en la sociedad en que viven. El retrato que dibuja la encuesta sobre Jóvenes y política, elaborada por la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción, el Instituto de la Juventud y la Obra Social de Caja Madrid, entre jóvenes de 15 a 24 años, responde a los trazos más característicos del conjunto de la sociedad: desconfianza ante la política y los políticos pero identificación mayoritaria con la democracia (el 70% considera que hay que votar). Se declaran más hedonistas que idealistas, e interesados sobre todo por las cuestiones que marcan su futuro inmediato (trabajo y vivienda) o por las más aireadas en los medios, como la violencia machista y el terrorismo.

La fractura que existía en tiempos pasados entre los ideales de los jóvenes y las estructuras político-sociales del momento no existen hoy día. Tampoco el modelo autoritario familiar que exacerbó la natural rebeldía juvenil. La buena convivencia y comprensión con la generación de los padres es un rasgo detectado en todas las encuestas. No parece que los jóvenes tengan hoy motivos especiales para rebelarse, aunque quizá no puede abstraerse el dato más llamativo de la encuesta: el 60% de los encuestados no muestra interés por el compromiso político y social. La escasez de jóvenes en tareas sociales, puesta de manifiesto una vez más por esta encuesta, echa por tierra el tópico de su participación masiva en el voluntariado, símbolo de solidaridad.

Ese desentendimiento político y social, quizá el rasgo generacional dominante, no llega a ser una fractura como las del pasado, pero no puede desvincularse del hecho de que entre los motivados política y socialmente -el 40% restante- casi la mitad rechace las fórmulas de participación establecidas, mientras que la otra mitad hace una defensa clara, aunque crítica, de la política institucional e interviene activamente en asociaciones de todo tipo. Políticamente, los jóvenes de hoy siguen situados en el centro y la izquierda del espectro, aunque habrá que ver qué efectos tiene en el futuro una visión de los políticos -el 70% de los encuestados- como defensores de sus intereses, que sólo se ocupan de los jóvenes en las elecciones. Los gobernantes y la clase política tienen un nuevo tema sobre el que reflexionar.

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