Buena música instrumental

Arturo Soriano presentaba su proyecto musical, recogido en su primer disco como solista, 45 R.P.M., ante un cómplice público que gozó del cóctel sonoro preparado por el artista, en el que se mezclan a partes iguales el jazz, el soul, por supuesto el funk, más algunos toques lounge y demás sonidos urbanos. El resultado se manifestó en un buen concierto en el que abundaron los vibrantes momentos de esos en los que los pies se van mientras las orejas se deleitan con lo que oyen; y lo que oyeron fue siempre la bien tocada música de Arturo y sus socios, entre los que des...

Arturo Soriano presentaba su proyecto musical, recogido en su primer disco como solista, 45 R.P.M., ante un cómplice público que gozó del cóctel sonoro preparado por el artista, en el que se mezclan a partes iguales el jazz, el soul, por supuesto el funk, más algunos toques lounge y demás sonidos urbanos. El resultado se manifestó en un buen concierto en el que abundaron los vibrantes momentos de esos en los que los pies se van mientras las orejas se deleitan con lo que oyen; y lo que oyeron fue siempre la bien tocada música de Arturo y sus socios, entre los que destacaban la prodigiosa guitarra del cubano Víctor Navarrete y un cantante suizo bastante sorprendente y carismático, Emmanuelle Lehman.

En cuanto a las canciones, casi todas instrumentales, gozaban de la cuadrada estructura del pop al uso, pero contenían buen número de espacios para satisfacer la capacidad de improvisación de todos los músicos. Vacaciones en el mar, Bolssanova, De Niro o Cuento chino fueron algunas de las interpretadas por un pletórico Soriano, encantado de ofrecer, ante todo, buena música instrumental tocada con el corazón y que haya público para disfrutarla.