Análisis:A LA PARRILLA

Amarillismos

La entrevista que Iñaki Gabilondo le hizo a José Luis Rodríguez Zapatero todavía colea, quizá porque el presidente desmintió lo que antes había prometido. Es una servitud de la política: alcanzar con promesas el lugar idóneo para comprobar que son irrealizables y tener que convencer de lo contrario al electorado. Los detractores de Zapatero han analizado sus palabras con la meticulosidad del CSI. Pero no repararon en que, segundos antes de la entrevista, Cuatro emitió el sorteo de la ONCE y el número premiado tenía tres primeras cifras que no han sido denunciadas por el justiciero Acebes: 666....

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La entrevista que Iñaki Gabilondo le hizo a José Luis Rodríguez Zapatero todavía colea, quizá porque el presidente desmintió lo que antes había prometido. Es una servitud de la política: alcanzar con promesas el lugar idóneo para comprobar que son irrealizables y tener que convencer de lo contrario al electorado. Los detractores de Zapatero han analizado sus palabras con la meticulosidad del CSI. Pero no repararon en que, segundos antes de la entrevista, Cuatro emitió el sorteo de la ONCE y el número premiado tenía tres primeras cifras que no han sido denunciadas por el justiciero Acebes: 666. Pálido, con cara de haber dormido poco y mal, Zapatero estuvo más apagado que otras veces. Aun así, me hizo pensar en un valeroso y temerario concursante de Humor amarillo (Cuatro) intentando superar la prueba de las hamburguesas (cruzar un lago de aguas fecales saltando por plataformas inseguras).

Han pasado 20 años desde que se estrenó Humor amarillo, y lo que entonces parecía una romería masoquista ahora es un inocente ejercicio de risa tonta. Fernando Costilla y Paco Bravo hacen una relectura actualizada de la narración primigenia de Miguel Ángel Coll y Juan Herrera. La versión española, no obstante, sigue apostando por la burla de los orientales, un recurso que no incluía el original (que se burlaba de la especie humana sin discriminación de razas). La narración es tan absurda como las imágenes. "Es divertido cuando no te pasa a ti", comentan con razón al ver cómo un concursante se rompe la crisma. ¿Es cruel? Sí. ¿Es bruto y primitivo? También. Sin embargo, es más inocente que la manipulación psicológica de los concursos de cautividad, menos humillante que algunas entrevistas-espectáculo y bastante más divertido que ciertos culebrones.

Por cierto: se estrenó Rubí (Antena 3). El primer capítulo promete: la protagonista es guapa, malvada, cruel, envidiosa, manipuladora y está a punto de liarse con el novio de su mejor amiga. Tema para un debate: ¿son mejores los culebrones con protagonista buena o con protagonista mala?

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