Análisis:A LA PARRILLA

Televisión y sexo

La tele en el dormitorio puede arruinar la vida sexual de los cónyuges, según un estudio italiano. El dato es contundente: la existencia del televisor en las cercanías del tálamo reduce a la mitad los contactos sexuales de la pareja. En Saber vivir (TVE), Fernando Ónega recomendó más juegos de cama y menos televisión. Por la tarde, Channel nº 4 (Cuatro) invitó a Antonio Gasset, el responsable del programa de cine de TVE célebre por sus contundentes comentarios. Allí le recordaron uno: "Llegó la hora de la publicidad, pueden aprovechar la pausa publicitaria para tener relaciones s...

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La tele en el dormitorio puede arruinar la vida sexual de los cónyuges, según un estudio italiano. El dato es contundente: la existencia del televisor en las cercanías del tálamo reduce a la mitad los contactos sexuales de la pareja. En Saber vivir (TVE), Fernando Ónega recomendó más juegos de cama y menos televisión. Por la tarde, Channel nº 4 (Cuatro) invitó a Antonio Gasset, el responsable del programa de cine de TVE célebre por sus contundentes comentarios. Allí le recordaron uno: "Llegó la hora de la publicidad, pueden aprovechar la pausa publicitaria para tener relaciones sexuales".

El estudio ofrece más detalles. Para las parejas con más de 50 años, los efectos son más dañinos. La frecuencia se reduce de siete días al mes a 1,5 días. La citada investigación apunta que algunos programas, como los filmes violentos, disminuyen el apetito sexual en mayor medida que los reality shows. Sin discutir los resultados, sí que pueden ser motivo de debate las conclusiones que se extraen. No se hace sexo porque hay una tele delante o se ponen delante de una tele porque ya no saben hacer otra cosa. Desde luego, no todos son así. En Canal + estrenaron un documental de la factoría Querejeta, 100 años no es nada. No tenía ninguna pretensión demoscópica ni de retratar todas las variantes de vejez. Escogió principalmente una: los ancianos felices. Salvo uno, en una residencia, que funcionaba como triste muestra de todo lo que puede perderse un viejo en buena forma... El resto eran personas que apuraban sin angustias la vida y combatían la pereza del ánimo. Una dama de 93 años se había ido a Estocolmo a participar en un campeonato de natación. Más que un documento era un canto contra el hundimiento, a no darle ningún anticipo a la muerte. Un signo claro de vitalidad: nadie habló de televisión. No existía en su agenda.

Por la noche, "finalísima", como dijo María Teresa Campos, de Pasión de gavilanes. Antena 3 ha estado jueves y viernes dándole vueltas al, supuesto, acontecimiento. ¿Cuántos no besaron, pendientes de los últimos besos de los gavilanes?

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