Necrológica:

Alberto Bacigalupe, periodista

Trabajó en la prensa, la radio y la televisión

Alberto Bacigalupe se murió ayer, a los 59 años, con un libro debajo del brazo. Un libro suyo, editado y corregido por su hermano Carlos, también periodista, sobre un personaje singular de la historia del Athletic Club, José María Belausteguigoitia, Belauste, el de "Sabino, a mí el pelotón, que los arrollo" de Los Juegos Olímpicos de Amberes de 1920 cuando un gol suyo, empotrando a los defensores suecos, valió la victoria (1-2).

Alberto trascendió lo justo, lo necesario de quien supo adaptarse a los distintos sistemas de comunicación. Trabajó en la prensa escrita (As y el ...

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Alberto Bacigalupe se murió ayer, a los 59 años, con un libro debajo del brazo. Un libro suyo, editado y corregido por su hermano Carlos, también periodista, sobre un personaje singular de la historia del Athletic Club, José María Belausteguigoitia, Belauste, el de "Sabino, a mí el pelotón, que los arrollo" de Los Juegos Olímpicos de Amberes de 1920 cuando un gol suyo, empotrando a los defensores suecos, valió la victoria (1-2).

Alberto trascendió lo justo, lo necesario de quien supo adaptarse a los distintos sistemas de comunicación. Trabajó en la prensa escrita (As y el desaparecido Tribuna Vasca), la radio (Radio Popular de Bilbao) y la televisión (fue director de los centros territoriales del País Vasco y de Canarias).

Pero sobre todo fue un tipo tranquilo. Con Alberto era difícil discutir y era fácil sonreír. El Athletic era una pasión llevadera. Más que un problema, una discusión, era una ambición. La ambición de ser feliz cuando el Athletic ganaba y la tranquilidad de no ser infeliz cuando perdía.

Además, la vida no era sólo el Athletic. No, no era lo único en la vida. También era la cultura, la vida cotidiana, la noticia, que ya entonces, en la televisión, era un argumento definitivo, y la tertulia en la que manifestaba el arte de la ironía y la educación.

El periodismo le entró por la sangre. Su padre, su tío, su hermano gemelo, periodistas, y todos tocando todos los palos de la información, porque eran otros tiempos. Aunque antes que el Athletic fue el ciclismo, una pasión informativa y humana que reunía las suficientes dosis de épica como para interesarle.

Alberto dejó el testimonio de que entre los hombres no hay polos opuestos. Así vivió y así murió. Casi, casi trabajando hasta el penúltimo día.

Alberto Bacigalupe.

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