Decomisados 2.200 kilos de cocaína en un envío procedente de Holanda

La droga había entrado en Europa en un vuelo de Venezuela que hizo escala en Miami

Segundo golpe al narcotráfico en menos de tres días en la región. Los agentes de la Brigada Central de Estupefacientes han logrado decomisar un envío procedente de Venezuela con 2.200 kilos de cocaína de altísima pureza y detener a tres personas. El cargamento, que iba oculto en contenedores de plástico para combustible, había llegado a Holanda en un vuelo procedente de Venezuela, que hizo escala en Miami. Desde Amsterdam fue trasladado a Madrid por carretera. Los agentes sospechan que tras un envío tan grande hay una amplia organización delictiva.

El sistema de envío del estupefaciente...

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Segundo golpe al narcotráfico en menos de tres días en la región. Los agentes de la Brigada Central de Estupefacientes han logrado decomisar un envío procedente de Venezuela con 2.200 kilos de cocaína de altísima pureza y detener a tres personas. El cargamento, que iba oculto en contenedores de plástico para combustible, había llegado a Holanda en un vuelo procedente de Venezuela, que hizo escala en Miami. Desde Amsterdam fue trasladado a Madrid por carretera. Los agentes sospechan que tras un envío tan grande hay una amplia organización delictiva.

El sistema de envío del estupefaciente es uno de los más novedosos con los que se ha topado la policía española. La droga llegó a Amsterdam, desde donde fue trasladada a Madrid por carretera, ya que no existe línea directa y regular entre Venezuela y España para el envío de mercancías. Los responsables de la recepción tenían que pasar la aduana en el aeropuerto de Barajas, donde los contenedores tenían que pasar el control fiscal.

Sin embargo, la Brigada Central de Estupefacientes tenía información de que ese tipo de mercancía (los contenedores de combustible) y la ruta elegida eran "de alto riesgo", según un responsable policial. Por eso decidió someterlo, junto con Vigilancia Aduanera, a un estrecho control a su llegada al control aduanero de Barajas. Y las sospechas tuvieron los resultados esperados.

La mercancía declarada en la aduana venezolana era de aceites industriales y líquidos separadores de hidrocarburos contenidos en esos recipientes. La mercancía estaba consignada a una empresa con sede en Sevilla, pero la policía tenía fundadas sospechas de que la mercancía podría tener como destino una nave en un polígono industrial del extrarradio de Madrid, en concreto en Loeches.

Cinco bidones

Los agentes solicitaron a la Fiscalía Especial para la Prevención y Represión del Tráfico Ilegal de Drogas lo que se denomina la entrega controlada a la empresa que iba a recibir el envío. Los agentes siguieron a los camiones que trasladaban la mercancía y comprobaron cómo uno de ellos llevaba cinco de los 10 bidones a una nave de Loeches, por lo que decidieron intervenir.

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Tras serrar los contenedores, los policías hallaron en su interior numerosos paquetes de un kilo, con forma de ladrillo. En su interior había cocaína en roca, cuya pureza ronda el 95%, según fuentes de la investigación. Cada uno de los contenedores tenía unos 200 ladrillos, sin ninguna marca exterior. Muestras de la droga han sido enviadas a especialistas de Policía Científica para que determinen su pureza y si había algún logotipo oculto que permita conocer el origen del estupefaciente.

Los cinco contenedores que estaban depósitados en Barajas también contenían una carga similar de estupefaciente.

Los 2.200 kilos de cocaína habrían alcanzado en el mercado ilícito un valor de 7,3 millones de euros, según fuentes policiales. Tras ser adulterada, se podrían haber conseguido más de cuatro millones de dosis, cuyo precio de venta en el mercado al por menor superaría los 24 millones de euros.

La operación policial se ha saldado con la detención de tres españoles en la nave de Loeches: M. A. T. F., de 27 años; S. G., de 30, y J. G. C., de 33. El primero tiene antecedentes policiales por tráfico de drogas y el tercero por delitos contra la propiedad (robos).

Según fuentes de la Dirección General de la Policía, el alijo aprehendido ayer es el mayor de cocaína de los últimos años en la Comunidad de Madrid. La operación no está cerrada, ya que, según fuentes de la investigación, un envío tan importante de droga debe tener una amplia organización detrás. Debía haber personas encargadas de su vigilancia, corte y distribución por todo el territorio nacional. "Al haber tantos kilos en circulación nos hace pensar que la cocaína iba a ser vendida por toda España", añadieron fuentes del caso.

Esta operación se une a la de principios de semana, en la que la policía decomisó en una nave de Arganda 20.000 kilos de hachís procedentes de Marruecos.

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