Columna

Permutas

Hay permutas de fincas de igual valor, en las que cada una de las partes cede una cosa a cambio de otra. Hay permutas de fincas de distinto valor, en las que el propietario de la parte de menor valor ha de compensar la diferencia de precio. Y hay permutas atípicas, ventajistas, en las que la asimetría de la operación la paga el interés público, convertido en una abstracción falaz en manos de ciertos políticos. De esa manera, por ejemplo, Juan Soler puede presentar ante los accionistas de la sociedad anónima deportiva denominada Valencia Club de Fútbol, no sólo unas cuentas favorables pese a la...

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Hay permutas de fincas de igual valor, en las que cada una de las partes cede una cosa a cambio de otra. Hay permutas de fincas de distinto valor, en las que el propietario de la parte de menor valor ha de compensar la diferencia de precio. Y hay permutas atípicas, ventajistas, en las que la asimetría de la operación la paga el interés público, convertido en una abstracción falaz en manos de ciertos políticos. De esa manera, por ejemplo, Juan Soler puede presentar ante los accionistas de la sociedad anónima deportiva denominada Valencia Club de Fútbol, no sólo unas cuentas favorables pese a la deuda que lastra desde hace tiempo su gestión, sino unos proyectos de expansión empresarial en los que el riesgo es nulo. Si el pelotazo urbanístico en el valle de Porxinos, en Riba-roja, donde construirán la futura ciudad deportiva, no era una ayuda suficiente de los actuales gobernantes, Soler y sus accionistas han encontrado en la alcadesa de Valencia otra aliada incondicional. Tanto, que la ciudad pierde dos grandes espacios de suelo deportivo y la sociedad anónima gana, por una parte, un sustancioso solar en el que construir pisos (donde hoy está el Mestalla) y, por otra, una valiosa zona comercial (en el terreno de la avenida de las Cortes Valencianas sobre el cual se levantará el futuro estadio, convenientemente reclasificado a uso terciario). A cambio, la ciudad recibirá unos solares, todavía no se sabe dónde, para instalaciones deportivas. ¡Ya me dirán qué negocio hace Valencia, no "el" Valencia, con todo esto! ¿Y qué negocio hace con la permuta parcial del antiguo complejo de Tabacalera si el Ayuntamiento ha establecido un precio por metro cuadrado del edificio municipal de la plaza de América inferior a la mitad del que Lubasa acaba de pagar en subasta por conseguir las dos torres que albergaron los juzgados, situadas casi en la misma acera? Fiel a su estilo, Rita Barberá ha arremetido de nuevo contra los "agoreros", mientras ponía cara de hacer algo importante. Pocas veces ha estado tan indefenso el interés público ante operaciones de máxima rentabilidad para terceros.

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