Columna

Federiquín y la Cope

¿Puede vulnerarse la libertad de expresión e información? Se puede. Y en ocasiones con reiteración y alevosía. La Cope es un ejemplo. Federiquín Losantos la vulnera cada día y con reiteración manifiesta. Según el artículo 20 de la Constitución, punto 1, a), los españoles tienen derecho a "expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción". Y en su punto 4, establece que estas libertades tienen su límite "en el derecho al honor, a la intimidad, a la propia imagen y a la protección de la juventud y de la infa...

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¿Puede vulnerarse la libertad de expresión e información? Se puede. Y en ocasiones con reiteración y alevosía. La Cope es un ejemplo. Federiquín Losantos la vulnera cada día y con reiteración manifiesta. Según el artículo 20 de la Constitución, punto 1, a), los españoles tienen derecho a "expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción". Y en su punto 4, establece que estas libertades tienen su límite "en el derecho al honor, a la intimidad, a la propia imagen y a la protección de la juventud y de la infancia". El Consejo del Audiovisual de Cataluña (CAC), considera que la Cope, por medio de Losantos, vulnera los límites de la libertad de expresión e información. Uno no está a favor de que se cierren periódicos o emisoras. Ya lo sufrió cuando el diario Madrid fue cerrado, primero por Fraga durante unos meses en 1968 y, definitivamente, por Sánchez Bella en noviembre de 1971. Está por la libertad. Losantos ha puesto el grito en el cielo ante la posibilidad de que se puedan cerrar las emisoras de la Cope en Cataluña. Y clama por la libertad. ¡Por la suya, claro! A los demás que nos silencien si tenemos la osadía de criticar su forma de ejercer el periodismo. OTR me pidió que no escribiese ningún artículo más sobre Losantos y la Cope, pues la cadena episcopal le había hecho llegar su protesta por mis escritos, alegando que la Cope era cliente de la agencia. Y así lo hice. ¡Qué remedio! Claro que pasado un tiempo, fue Zaplana quien consiguió que OTR me despidiese como colaborador porque al excelso político del PP tampoco le gustaban mis críticas, como ya expliqué en esta columna. Y estos dos, Federiquín y Zaplana, son los que presumen de liberales. ¡Vaya por Dios! Uno ya es demasiado viejo para tomarse en serio a esta gente. Más bien le produce hilaridad. Me divierte oír a Federiquín, enloquecido por su vanidad y soberbia, gritando insultos e improperios contra todo el mundo, por el micrófono. Y los obispos en la gloria. En la "gloria in excelsis Deo", claro.

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