Crítica:JAZZ

Con lo puesto

Se vinieron con lo puesto, literalmente. Sin instrumentos ni apenas pertenencias; sin saber qué van a encontrarse en su vuelta al hogar, terminada la gira; con la duda de si ha quedado algo del mismo. Lo han perdido todo por efecto del Katrina, también las herramientas con las que se ganan la vida. Por eso, en su periplo europeo, tocan de prestado. Ninguno de los instrumentos era suyo, sólo el banjo es el mismo que ha venido pasando de mano en mano desde la fundación del Preservation Hall en 1961: milagrosamente, la reliquia pudo rescatarse de entre los escombros.

El repertorio interpre...

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Se vinieron con lo puesto, literalmente. Sin instrumentos ni apenas pertenencias; sin saber qué van a encontrarse en su vuelta al hogar, terminada la gira; con la duda de si ha quedado algo del mismo. Lo han perdido todo por efecto del Katrina, también las herramientas con las que se ganan la vida. Por eso, en su periplo europeo, tocan de prestado. Ninguno de los instrumentos era suyo, sólo el banjo es el mismo que ha venido pasando de mano en mano desde la fundación del Preservation Hall en 1961: milagrosamente, la reliquia pudo rescatarse de entre los escombros.

El repertorio interpretado en sus recitales en nuestro país incluye las paradas obligatorias, como no podía ser menos. Pensar que uno vaya a escuchar jazz de Nueva Orleans y que no suenen Tiger Rag o Bourbon Street Parade y que la cosa no termine con el respetable siguiendo a los santos en su desfile por el patio de butacas es razón suficiente para exigir la devolución del importe de las entradas a la salida. Los actuales integrantes de la orquesta tocan todo esto y no se paran aquí, sino que se dejan llevar río arriba hasta donde la corriente les conduce.

Preservation Hall Jazz Band de Nueva Orleans

John Brunious, trompeta, vocal; Carl Le Blanc, banjo; Thaddeus Richard, piano; Benjamín Jaffe, contrabajo; Joseph Lastie, Jr., batería; Clint Maegend, saxo y vocal. XXII Festival de Jazz de Madrid. Centro Cultural de la Villa, 2 noviembre.

Su programa incluye muestras de diversos estilos generados a partir de la tradición, como la rumba-blues del inefable Professor Longhair; algunos sin mucha relación con el genuino jazz de Nueva Orleans, como la canción estándar -After you've gone-; incluso se atreven a interpretar a los Beatles adaptando sus canciones al decir y al tocar locales, con lo que When I'm 64 termina sonando menos a Lennon-McCartney que a Bing Crosby o a Robert Jonson o a los dos juntos (!).

Por si aún no estaba claro, se han traído a un rockero que canta jazz al estilo patibulario y se parece a Willie DeVille, el tal Clint Maegend. De todo un poco, como en el gumbo, el tradicional potaje de la región. El menú, picante y sabroso, fue cocinado de forma irreprochable por los integrantes de la banda.

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