Stella

Que una mujer subsahariana muera no es noticia, ocurre constantemente. Que la causa sea el hambre o el naufragio de una patera es lo habitual. Que fallezca como consecuencia de una intervención de cirugía estética en una clínica de Marbella es algo realmente excepcional, aunque quizá no tanto si se trata de una primera dama. De no haber sido por su muerte, tal vez no conoceríamos siquiera la existencia de Stella, la mujer del presidente nigeriano.

Podría parecer en principio una noticia simplemente anecdótica (contraportada del 25 de octubre), pero entre líneas puede encerrar toda una r...

Que una mujer subsahariana muera no es noticia, ocurre constantemente. Que la causa sea el hambre o el naufragio de una patera es lo habitual. Que fallezca como consecuencia de una intervención de cirugía estética en una clínica de Marbella es algo realmente excepcional, aunque quizá no tanto si se trata de una primera dama. De no haber sido por su muerte, tal vez no conoceríamos siquiera la existencia de Stella, la mujer del presidente nigeriano.

Podría parecer en principio una noticia simplemente anecdótica (contraportada del 25 de octubre), pero entre líneas puede encerrar toda una reflexión moral en la que merecería la pena detenerse. Mientras para miles o millones de africanos, supervivientes de la desnutrición, Europa representa la tierra de promisión donde llegar es algo por lo que merece la pena arriesgar la vida en pos de algo de dignidad, para unos pocos sólo es el lugar donde deshacerse de las divisas y los kilos sobrantes. El abismo que separa a unos de otros, parece insalvable. Me pregunto qué pensarían los nigerianos si supieran lo sucedido, aunque dudo que conozcan la palabra liposucción. Muy triste.