Reportaje:

Mujeres en el 'British'

El más grande torneo del golf europeo deja de ser una exclusiva masculina

La noticia no es rigurosamente tal. O, al menos, no de ahora mismo. Databa de febrero pasado, cuando el periódico The Guardian tituló en su primera página: "Revolución en el Royal & Ancient: las mujeres podrán jugar el Open Británico de golf". Pero ayer se confirmó. El órgano que rige el deporte de los 14 palos y los 18 hoyos ha cambiado las reglas del decano de los torneos, la única cita europa del Grand Slam. Donde podía leerse "acepta solicitudes para jugar de cualquier golfista profesional masculino o aficionado masculino" se leerá en adelante "acepta solicitudes para jugar de cualq...

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La noticia no es rigurosamente tal. O, al menos, no de ahora mismo. Databa de febrero pasado, cuando el periódico The Guardian tituló en su primera página: "Revolución en el Royal & Ancient: las mujeres podrán jugar el Open Británico de golf". Pero ayer se confirmó. El órgano que rige el deporte de los 14 palos y los 18 hoyos ha cambiado las reglas del decano de los torneos, la única cita europa del Grand Slam. Donde podía leerse "acepta solicitudes para jugar de cualquier golfista profesional masculino o aficionado masculino" se leerá en adelante "acepta solicitudes para jugar de cualquier golfista". El adjetivo "masculino" desaparece. Y la controversia, cómo no, resurge.

Ninguna de las otras tres competiciones grandes -el Masters de Augusta, el Open de Estados Unidos y el Campeonato de la PGA Norteamericana, por orden cronológico en el calendario anual- han recurrido nunca al término "masculino". Sus organizadores no fueron tan detallistas como para certificar algo que se consideraba obvio: son para las hombres. Pero las mujeres cada vez pisan con más firmeza por los campos y los patrocinadores se han dado cuenta del interés, o sea los beneficios suplementarios, que despiertan con su presencia. No es aquello del circo, lo de la señora forzuda que puede con cuanto señor se atreva a pelear con ella. Pero sí que hay morbo. Y las televisiones son las primeras que se han volcado con las citas en las que han entrado en la escena masculina la británica Laura Davis, la sueca Annika Sorenstam o, por último, la estadounidense Michelle Wie, profesional desde esta misma semana y, a sus 16 años, la tercera deportista mundial con más ingresos por publicidad: 10 millones de dólares.

Ahora se plantea un interrogante. Cualquiera puede apuntarse a los diferentes torneos previos que dan acceso, en un número restringido de plazas, al British, profesionales aparte. ¿Tendrán las mujeres, aunque sean de las mejores de su circuito, que disputarlos para poder finalmente competir en el Open o recibirán invitaciones las más cualificadas para hacerlo directamente? El turno de 2006, del 20 al 23 de julio, será en Hoylake. La incógnita se despejará entonces. Pero el cambio del Royal & Ancient ha sido tan radical como polémico.

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