'Documentos TV' analiza las causas de la explotación infantil

El programa de La 2 reflexiona sobre los efectos que ocasiona este tipo de esclavitud

Alrededor de 246 millones de niños de todo el mundo comparten un destino común: la miseria. Documentos TV, el programa de La 2 que dirige y presenta Pedro Erquicia, emite esta noche el reportaje 'Explotación infantil' (23.30). La producción cuenta historias de pequeños que han perdido la infancia, de trabajadores sin derechos, de vidas que son consecuencia directa de la pobreza, los prejuicios, las ambiciones de las multinacionales y la falta de una política social coherente.

Los pequeños protagonistas del documental, realizado por José Luis Hernández, pasan casi todo el día reco...

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Alrededor de 246 millones de niños de todo el mundo comparten un destino común: la miseria. Documentos TV, el programa de La 2 que dirige y presenta Pedro Erquicia, emite esta noche el reportaje 'Explotación infantil' (23.30). La producción cuenta historias de pequeños que han perdido la infancia, de trabajadores sin derechos, de vidas que son consecuencia directa de la pobreza, los prejuicios, las ambiciones de las multinacionales y la falta de una política social coherente.

Los pequeños protagonistas del documental, realizado por José Luis Hernández, pasan casi todo el día recolectando café o tabaco, extrayendo mineral en canteras, tejiendo alfombras en lugares insalubres, prostituyéndose o sirviendo en condiciones de gran precariedad. Son trabajadores que carecen del menor derecho, que se encuentran prácticamente en el territorio de la esclavitud.

Explotación infantil cuenta estremecedoras historias de niños -algunos en la adolescencia y otros que acaban de abandonar la primera infancia- que, repartidos por todos los puntos del planeta, sufren la falta de conciencia de los empresarios y la desidia de unos Gobiernos que les ha condenado a trabajar cuando su única obligación, su único derecho, es jugar y aprender.

Muchos de ellos sufren, además, palizas, son violados, o trasladados por la fuerza de un país a otro como mano de obra ilegal y son forzados a trabajar contra su voluntad. Pero esta situación, resultado de la miseria, no se produce sólo en el Tercer Mundo: parte del reportaje está rodado en la supuestamente primera potencia mundial, donde miles de niños abandonan la escuela para trabajar con sus padres como temporeros en la recogida de frutas y hortalizas.

Sin embargo, el documental no cierra las puertas a la esperanza. En la actualidad existen programas que están consiguiendo que los chicos dejen el trabajo y estudien. Es el caso de los subsidios para la educación que se han puesto en marcha en Brasil, por los que el Estado entrega dinero a los padres si los niños acuden a la escuela. El proyecto Bolsa Escola brasileño se está extendiendo ya a otros países del mundo.

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