Perfil | Juan Luis Arregui

Empresario por afición

Juan Luis Arregui es un hombre dedicado a sus dos aficiones, el trabajo y la caza. Por ninguna de las dos le gustaría ser conocido. Huye de las fotos, las cámaras y de cualquier tipo de notoriedad, prefiere dedicarse a la suyo en silencio, pasar de puntillas sin que nadie le moleste. Su nombre se asocia indefectiblemente a Gamesa, empresa que fundó en 1976 y de la que aún es consejero con un 0,46% del capital. Sin embargo, su historia empresarial es más larga y viene marcada por el éxito.

Durante años Arregui, natural de Mallabia (Vizcaya), unió su vida empresarial a la de Joseba Grajal...

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Juan Luis Arregui es un hombre dedicado a sus dos aficiones, el trabajo y la caza. Por ninguna de las dos le gustaría ser conocido. Huye de las fotos, las cámaras y de cualquier tipo de notoriedad, prefiere dedicarse a la suyo en silencio, pasar de puntillas sin que nadie le moleste. Su nombre se asocia indefectiblemente a Gamesa, empresa que fundó en 1976 y de la que aún es consejero con un 0,46% del capital. Sin embargo, su historia empresarial es más larga y viene marcada por el éxito.

Durante años Arregui, natural de Mallabia (Vizcaya), unió su vida empresarial a la de Joseba Grajales, fundamentalmente en Gamesa y luego en Guascor. Sin embargo, el primer semestre del pasado año selló el divorcio de la pareja de éxito del empresariado vasco. Tenían fama de que lo que tocaban se convertía en oro, pero todo tiene un final. "Visión para el negocio" es la frase que gustan decir de Arregui quienes le conocen. Su última sorpresa la dio en septiembre con la compra por 40,07 millones de euros del 6,88% del capital de la papelera Ence. La empresa gallega tiene intereses medioambientales, algo que persigue desde hace años Arregui.

La llegada de la Corporación IBV en 1990 a Gamesa fue paulatinamente desplazando a los fundadores y les fue llevando a otras áreas de negocio. Su primera parada fue en 1993 la fábrica de motores Guascor en Zumaya (Guipúzcoa) que convirtieron en un grupo de desimpacto ambiental. El crecimiento acelerado de Guascor terminó en ruptura el año pasado por discrepancias en la gestión. Los que estuvieron en el proceso de divorcio dicen que Arregui vio peligrar sus negocios y prefirió romper. Lo hizo con la marca de la casa, sin hacer ruido.

En su carrera empresarial en solitario Arregui, de 63 años, se apoya en su empresa patrimonial Retos Operativos XXI y desde ella controla sus participaciones. Sin duda la más llamativa es el 1,24% de Iberdrola, que le convierte en el mayor accionista de la eléctrica vasca a título individual y le permite estar sentado en el consejo de administración.

La energía y el medio ambiente centran esencialmente sus objetivos de negocio. De la ruptura de Guascor, Arregui conserva dos participaciones clave: Corporación Eólica (Cesa), donde cuenta con cerca de 35% del capital, y Foresta, dedicada a los negocios forestales. Más de uno observa sus pasos y esta al acecho convencido de que lo que toca Arregui se hace rentable.

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