OPINIÓN DEL LECTOR

Cateto

Asimilado el significado que solía contener el término "cateto" como sinónimo de palurdo o pueblerino a los más modernos de "casposo", "cutre" o, incluso, "kitsch", se suele utilizar ahora este calificativo con una fuerte carga peyorativa, desprovisto de significado preciso pero con un tono intensamente despectivo en general, por lo que quizá sería interesante apuntar una propuesta de redefinición para limpiarlo del tono ofensivo que va adoptando y volver a llenarlo de contenido algo más nítido y funcional.

Aprovechando la idea de persona cerril y de cortos alcances que sugiere el epíte...

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Asimilado el significado que solía contener el término "cateto" como sinónimo de palurdo o pueblerino a los más modernos de "casposo", "cutre" o, incluso, "kitsch", se suele utilizar ahora este calificativo con una fuerte carga peyorativa, desprovisto de significado preciso pero con un tono intensamente despectivo en general, por lo que quizá sería interesante apuntar una propuesta de redefinición para limpiarlo del tono ofensivo que va adoptando y volver a llenarlo de contenido algo más nítido y funcional.

Aprovechando la idea de persona cerril y de cortos alcances que sugiere el epíteto, "cateto" podría usarse para calificar a quién cree ser la medida de todas las cosas y desdeña con tanta suficiencia como obcecación cuanto no se ajusta a sus pareceres, gustos, preferencias o actitudes. Sería también "cateto" (además de ruin) quien no encuentra otra forma de satisfacer su autoestima que estableciendo, con cuantos le vienen a mano, comparaciones trucadas de las que sale invariablemente favorecido, y se envanece con el resultado de su fullería, que también le permite encontrar justificación para sí donde sólo halla tacha para los demás. "Cateto", y de paso obtuso e ignorante, podría llamarse a quién, creyéndose instalado en el ombligo del mundo que ha hecho coincidir con el propio, y a fuerza de no apartar la vista de este último, ha acabado por ser incapaz de escuchar, atender o comprender casi nada.

De "cateto" (y de ramplón y de necio) cabría motejar a quién, con el cerebro gravemente atrofiado por desuso, ha acabado por tener el cráneo lleno de un viento veleidoso que impide a cualquier pensamiento asentarse y florecer. Sólo ideas peregrinas e insustanciales tienen cabida en su páramo mental.

Nada, o muy poco tiene que ver esta calidad de "cateto" sugerida con la procedencia geográfica, el estatus socioeconómico, el nivel educativo, el ámbito cultural o la adscripción gremial; catetos así entendidos se dan, quizá con excesiva abundancia en estos tiempos de oropel y frivolidad, en cualquier clase, grupo, cultura, nacionalidad o profesión con similar porcentaje respecto al total de cada población. Se les puede reconocer fácilmente porque son propensos a llamar "cateto" a todo dios.

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