VUELTA 2005

Yohann Gène, el farolillo negro

"¡He acabado la Vuelta!", confiesa satisfecho el corredor de Guadalupe

Yohann Gène dice que ha aprendido de las cosas del ciclismo del siglo XXI más en sus tres semanas en España que en toda su vida de corredor. Y más, sobre todo, en la última semana, ésa que no ha tenido más sentido que el de torturar a los menos fuertes. "Y muchos días la cabeza no paraba de decirme que me bajara", cuenta Yohann Gène. "Sobre todo los días que me quedaba descolgado solo y hasta me costaba trabajo entrar en la grupeta, en el autobús de los rezagados".

Pero Gène fue fuerte, resistió las tentaciones, superó todas las dificultades, sobrevivió en el autobús, ese territ...

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Yohann Gène dice que ha aprendido de las cosas del ciclismo del siglo XXI más en sus tres semanas en España que en toda su vida de corredor. Y más, sobre todo, en la última semana, ésa que no ha tenido más sentido que el de torturar a los menos fuertes. "Y muchos días la cabeza no paraba de decirme que me bajara", cuenta Yohann Gène. "Sobre todo los días que me quedaba descolgado solo y hasta me costaba trabajo entrar en la grupeta, en el autobús de los rezagados".

Pero Gène fue fuerte, resistió las tentaciones, superó todas las dificultades, sobrevivió en el autobús, ese territorio del que a los mortales sólo les llegan reflejos anecdóticos, que si todos tienen tendinitis en el hombro de agarrarse a los coches, y cosas de ésas, y ayer fue uno de los 127 que terminaron, uno de los tres de su equipo, el Bouygues Telecom, que cruzaron la línea de meta en Madrid. Lo hizo como farolillo rojo, el último de la general, a cuatro horas y cuarto de Roberto Heras, lo cual, en absoluto, es una situación que le incomode. "He acabado la Vuelta", dice Gène, de 24 años, que se define como rodador-sprinter, más que como escalador. "Eso es lo importante. Era mi primera carrera de tres semanas y tenía que demostrar que valgo para esto. Era un desafío para mí terminar. Y lo he logrado".

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"También es mala suerte que el farolillo rojo sea negro", decía un ciclista con sentido, preocupado por los problemas de solidaridad y cosas de ésas. "Pero, de todas formas", añadía, "no he notado ningún comportamiento racista hacia él". "Ni yo tampoco", dice Gène. "No ha habido ni el menor problema. Ni insultos, ni risitas, ni nada". Gène nació en Pointe-à-Pitre, capital de la isla de Guadalupe, colonia francesa del ultramar donde también nacieron futbolistas como Thierry Henry y Liliam Thuram. "Pero en realidad, el deporte rey en mi isla es el ciclismo. Si hasta tenemos el Tour de Guadalupe", dice Gène, quien vive desde hace años en Nantes. "Cerca del director Jean René Bernaudeau" añade Gène. "Tiene también una casa en las islas y me contrató cuando era amateur junto a mi amigo Rony Martias, también profesional este año".

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