El tren que va al aeropuerto ha duplicado en cinco años el número de usuarios

Las obras de construcción del AVE afectan al servicio, que puede reducir su frecuencia

El tren de Renfe que cubre el tramo entre la estación de Sants y el aeropuerto está llamado a crecer en usuarios. Al menos eso indican todas las proyecciones relacionadas con el uso del aeropuerto. El tren crece incluso en las hipótesis en las que llega al aeropuerto compitiendo con el metro. Como de momento el metro no llega, el incremento de usuarios y trabajadores en el aeropuerto se ha traducido en un aumento notable de usuarios. En 1999 utilizaban el tren diariamente 2.153 personas de media en cada sentido. El año 2004 se cerró con una media diaria de 4.834 pasajeros en cada sentido.
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El tren de Renfe que cubre el tramo entre la estación de Sants y el aeropuerto está llamado a crecer en usuarios. Al menos eso indican todas las proyecciones relacionadas con el uso del aeropuerto. El tren crece incluso en las hipótesis en las que llega al aeropuerto compitiendo con el metro. Como de momento el metro no llega, el incremento de usuarios y trabajadores en el aeropuerto se ha traducido en un aumento notable de usuarios. En 1999 utilizaban el tren diariamente 2.153 personas de media en cada sentido. El año 2004 se cerró con una media diaria de 4.834 pasajeros en cada sentido.

En lo que va de año, la media ha seguido aumentando. La amenaza al tren le llega, paradójicamente, de la propia Renfe: las obras del AVE pueden suponer su parálisis temporal.

Las obras del AVE afectan a las entradas en Sants de los trenes procedentes del sur de Barcelona, y entre ellos está el del aeropuerto, un tren que tiene el origen en Mataró y finaliza en las instalaciones aeroportuarias, y luego realiza el recorrido inverso. No todos los trenes de Mataró recorren el mismo trayecto. Una de las quejas más constantes es la escasa frecuencia de este tren, que circula cada 30 minutos, y tiene una gran demanda, a juzgar por las cifras de usuarios.

La media de pasajeros de cada tren que suben o bajan en el aeropuerto es de 251 en un día de agosto, el mes en el que más personas utilizan este sistema de transporte. En noviembre o diciembre, en cambio, el número de usuarios de cada convoy cae hasta 150 aproximadamente. Pero en verano son muchos los pasajeros que utilizan el tren para desplazarse hasta el avión. Muchos trenes llevan más de 350 personas y es frecuente que se superen las 400, con una particularidad que distingue a este servicio de los de Cercanías: los pasajeros acostumbran a ir cargados con grandes maletas y bultos en general. Esto supone que el desalojo del andén sea mucho más lento que el de una estación de cercanías convencional. Por ejemplo: el tren que llegó al aeropuerto el 9 de agosto a las 11.00 llevaba 477 pasajeros. El desalojo de la estación consumió 6 minutos y 51 segundos.

Es, además, un tren muy rentable porque la empresa ferroviaria tiene catalogada la distancia entre Sants y el aeropuerto como si fuera de cuatro zonas; es decir, que el precio del billete es de 2,30 euros, muy superior al precio del billete integrado del área metropolitana.Cabe que el usuario prefiera pagar con la T-10 de la Autoridad del Transporte Metropolitano (ATM), la misma que se utiliza para el conjunto del transporte público. En ese caso no necesita una tarjeta de cuatro zonas, sino la de una sola zona (6,30 euros por 10 viajes). Que el usuario pague menos no supone una minoración de los ingresos de Renfe, porque la ATM compensa la diferencia.

El problema que se presenta a los usuarios de este tren es la afectación de las obras del AVE entre Sants y El Prat. Se han barajado varias posibilidades. Una es la supresión del tren y su sustitución por un autobús. De momento es la que cuenta con menos partidarios, entre otros motivos porque la salida del tráfico rodado por la Gran Via está en obras y supondría ampliar el tiempo previsto para el recorrido. Otra posibilidad es reducir el número de trenes, pero se trata de una solución escasamente atractiva, porque menos de dos trenes por hora (hasta 34 al día) es convertir el servicio en casi residual. Hay una tercera posibilidad: adecuar los movimientos del conjunto de los trenes del tramo. Esto puede suponer una ligera disminución de la velocidad a las grandes líneas (emplearían entre tres y seis minutos más en su recorrido), pero apenas afectaría a Cercanías y permitiría mejorar el servicio del tren del aeropuerto, que reduciría el tiempo necesario para el recorrido.

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