Inauguración con clac

La apertura al tráfico de la calle de Raimundo Fernández Villaverde, cerrada durante los últimos seis meses por las obras de desmontaje del rascacielos Windsor, incendiado la madrugada del pasado 13 de febrero, se convirtió ayer en un acto a mayor gloria del alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, y su equipo de gobierno.

Seis concejales -Manuel Cobo, portavoz del grupo municipal y vicealcalde; Pilar Martínez, de Urbanismo; Pedro Calvo, de Seguridad y Servicios a la Comunidad; Juan Bravo, de Hacienda; José Manuel Berzal, de Coordinación Territorial; y Dolores Navarro, del distrito de Tetuán-, ...

La apertura al tráfico de la calle de Raimundo Fernández Villaverde, cerrada durante los últimos seis meses por las obras de desmontaje del rascacielos Windsor, incendiado la madrugada del pasado 13 de febrero, se convirtió ayer en un acto a mayor gloria del alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, y su equipo de gobierno.

Seis concejales -Manuel Cobo, portavoz del grupo municipal y vicealcalde; Pilar Martínez, de Urbanismo; Pedro Calvo, de Seguridad y Servicios a la Comunidad; Juan Bravo, de Hacienda; José Manuel Berzal, de Coordinación Territorial; y Dolores Navarro, del distrito de Tetuán-, así como el consejero delegado de Economía, Miguel Ángel Villanueva, y una nutrida representación de los altos cargos del Ayuntamiento arroparon ayer al alcalde, que también invitó al acto al presidente de El Corte Inglés, Isidoro Álvarez; a Javier Reyzábal, representante de la familia propietaria del edificio incendiado; al decano del Colegio de Arquitectos, Ricardo Aroca, y al gerente de Metro, Ildefonso de Matías, entre otros. La apertura de una calle se convirtió así en una gran fiesta, en la que no estaba la oposición.

Hasta el punto de que, ante la pregunta de quién más podrá asistir, cuando se inauguren las obras de soterramiento de la M-30 junto al Manzanares (el proyecto estrella de Ruiz-Gallardón), un miembro del equipo de gobierno respondió: "Ese día está previsto que vengan hasta los patos".A las 11.18, el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, con evidentes muestras de alegría y satisfacción, dio la orden al jefe de la Policía Municipal, José Luis Morcillo, para que procediera a abrir el tráfico de la calle de Raimundo Fernández Villaverde.

Un coche y dos motoristas de la policía abrieron el paso. Detrás, un taxi con una pasajera que miraba sorprendida por la ventanilla ante tanta expectación. Fue el primer vehículo en atravesar la vía, aunque no llegó a cruzar el puente, pues se desvió hacia el paseo de la Castellana.

"El Ayuntamiento devuelve la posesión y la capacidad de decisión a la propiedad del edificio Windsor [la empresa Asón Inmobiliaria, que pertenece a la familia Reyzábal]", afirmó luego el regidor. "Se hace entrega de las plantas que no fueron afectadas por el incendio y se entrega la posesión de la torre".

Tras estas palabras solemnes, comenzó ayer una nueva etapa para el solar del complejo Azca, donde del edificio de 90 metros de altura incendiado sólo queda, seis meses después del incendio, la estructura. Es decir, hasta la planta tercera.

Según el responsable del departamento de Control de Edificación de la Concejalía de Urbanismo, Emilio García de Burgos, que ha dirigido las obras de desmontaje, la cimentación que se ha dejado condicionará lo que luego vaya a hacerse en el lugar.

La propiedad del edificio no tiene todavía un proyecto definido sobre el futuro del solar. Una portavoz de la empresa explicó que a partir de la semana que viene comenzarán a barajar "distintas posibilidades" y, entonces, iniciarán negociaciones con el Ayuntamiento para ver cuál es la opción más favorable "por el bien de todos".

Preguntada sobre las posibilidades de construcción sobre el solar, la concejal de Urbanismo, Pilar Martínez, afirmó que el Plan General de Ordenación Urbana establece los parámetros que regirán la nueva edificación. "Y no se va a modificar", recalcó. Luego agregó que la empresa propietaria y su concejalía acordaron esperar al momento en el que terminara el desmontaje para iniciar las negociaciones sobre el futuro del solar. Es decir, en cualquier momento desde ayer.

Otro de los retos es la situación de los comerciantes de la zona. Víctor Sandoval, presidente de la asociación que los reúne, afirmó que la mayoría de los acuerdos con el Consistorio se han cumplido, aunque quedan "cosas por negociar", como los anticipos de indemnizaciones o las campañas de dinamización de la zona. "Y que reconstruyan el edificio sin molestarnos", agregó.

Revitalización de Azca

El alcalde aprovechó la reapertura de la calle de Raimundo Fernández Villaverde -uno de los ejes vitales de la capital- para anunciar el inicio de "un proceso para convertir el área de negocios de Azca en un referente internacional". Para ello, convocará un concurso de ideas, que revitalice económica y socialmente una extensión de 180.000 metros cuadrados y que se fallará en diciembre.

Desde la oposición, el grupo socialista planteó dudas sobre la seguridad de otros edificios. "Los madrileños desconocen si otros rascacielos similares cuentan con todas las garantías para evitar incendios como el que arrasó este emblemático edificio", afirmó el portavoz adjunto, Óscar Iglesias.