Reportaje:

Zaballa se exhibe en San Sebastián

El corredor cántabro culmina el excelente trabajo de Saunier Duval en la Clásica de San Sebastián

Un día antes de la disputa de la carrera, le interrogaron al director de Saunier Duval, el vizcaíno José Antonio Fernández Matxin, su favorito para la misma. "Christopher Horner", respondió. Se refería al corredor estadounidense de su equipo, un ciclista aventurero y al que le gusta adoptar riesgos. Tal vez lo dijera para despistar, o quizás se equivocó. Cualquiera que fuera su intención, el caso es que a Saunier Duval le salió bien la jugada. En una demostración de poderío y confianza, Constantino Zaballa se exhibió en la línea de meta de San Sebastián, culminando el minucioso trabajo de su e...

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Un día antes de la disputa de la carrera, le interrogaron al director de Saunier Duval, el vizcaíno José Antonio Fernández Matxin, su favorito para la misma. "Christopher Horner", respondió. Se refería al corredor estadounidense de su equipo, un ciclista aventurero y al que le gusta adoptar riesgos. Tal vez lo dijera para despistar, o quizás se equivocó. Cualquiera que fuera su intención, el caso es que a Saunier Duval le salió bien la jugada. En una demostración de poderío y confianza, Constantino Zaballa se exhibió en la línea de meta de San Sebastián, culminando el minucioso trabajo de su equipo. Por detrás, su compañero Joaquín Rodríguez, que colaboró astutamente para facilitar la llegada en solitario de Zaballa, esprintó rabiosamente para hacerse con el segundo puesto. Y es que las clásicas tienen jugosos premios: 16.000 euros para el ganador y 8.000 para el segundo.

El empeño de Saunier Duval fue patente desde el comienzo de los 227 kilómetros de carrera. En las rampas del alto de Gárate, de segunda categoría, el joven Rubén Lobato acompañó la fuga de Moreau, Barry, Vila, Facci, Laiseka, Tauler y Kessler. Restaban aún 170 kilómetros, pero el entendimiento y la distensión del pelotón propiciaron que la escapada acumulase un máximo de 6.05 minutos, diferencia que disminuyó a partir del paso por el alto de Udana, también de segunda.

Ahí dio inicio la verdadera Clásica de San Sebastián. Los favoritos instruyeron a sus equipos, y éstos tomaron nota. En las primeras faldas de Jaizkibel el pelotón acabó con la escapada. Antes, la cima de primera categoría influía de manera poderosa en la victoria, pero su importancia ha descendido en los últimos años. Desde que Casagrande lo hiciera en 1999, nadie ha sido capaz de vencer en solitario a causa de un demarraje en Jaizkibel. Tampoco lo lograría ayer Denis Menchov, el ruso de Rabobank, pese a sus pertinaces intentos. Consiguió llevarse en su fuga a Zubeldia, Leipheimer, Luis Pérez, Sastre, Garzelli, Rebellin, Evans y Joaquín Rodriguez. Alcanzaron los 15 segundos de ventaja, pero la tenacidad de Paco Mancebo compactó de nuevo al grupo principal, compuesto por algo más de 30 unidades en el descenso de Jaizkibel. Demasiados corredores a esa altura del día.

El alto de Gurutze, de tercera categoría y situado a falta de 14 kilómetros de meta, tampoco aclaró nada, salvo que el triunfo no sería para el líder del UCI ProTour, Danilo di Luca, o Paolo Bettini. Se temía a los italianos, ciclistas que se manejan bien en San Sebastián. Así las cosas, y bien pertrechado por Gerosteilner, Davide Rebellin parecía haberse reservado las mayores opciones. Pero, a falta de 10 kilómetros, Saunier rompió la prueba. Zaballa y Rodríguez se incluyeron en la escapada definitiva, junto a Mazzoleni, Moncoutie, Bru, Zubeldia y Garzelli. A poco más de los últimos mil metros, Zaballa abrió su recital. Su golpe de pedal le alejó de los demás, dudosos de qué hacer y a los que Joaquín Rodríguez impidió la reacción.

Era el día de Saunier Duval. Y van dos de dos. El año pasado, en su primer curso profesional, Martín Perdiguero remató la labor del equipo cántabro con el triunfo en San Sebastián.

"Cuando gano, lo hago a lo grande"

"No soy un corredor de ganar muchas carreras, pero cuando gano, lo hago a lo grande. Este es uno de mis días grandes sobre una bicicleta". Así de satisfecho se expresaba el cántabro Tino Zaballa, ciclista nacido en Villalba hace 27 años, al que le gusta mostrar valentía en todo lo que hace.

Zaballa se defiende bien en todos los terrenos -su director le califica como "nuestro hombre más publicitario"-, y prueba de ello es su tercer puesto en general final de la París-Niza de 2005, o su triunfo de etapa en la Vuelta a España de 2004. El director del Saunier Duval, Josean Fernández, reafirmaba su satisfacción. "Hemos sido los protagonistas de la carrera".

La organización de la carrera rindió ayer un homenaje a Marino Lejarreta, el ciclista vasco más relevante de la década de los 80. Lejarreta, con tres victorias (81, 82 y 87) conserva aún el récord de triunfos en la prueba.

La Clásica, incluida en el circuito ProTour, no ejerció influencia sobre esta clasificación, que sigue encabezada por el italiano Di Luca. Aquejado de problemas estomacales, el corredor de Liquigas entró en el puesto 94, pero la renta que tenía le permite seguir al frente de la clasificación de la Copa del Mundo, con 45 puntos de ventaja sobre el ya retirado Lance Armstrong y tres más sobre el kazajo Alexandre Vinokourov, al que un resfriado le privó de estar en San Sebastián. El calendario del ProTour se completará con la celebración de siete pruebas más hasta el mes de octubre. En lo que queda de mes, será el turno para la Vuelta a Alemania (del 15 al 23), la Vuelta a España (desde el 27) y el Gran Premio Oeste de Francia-Plouay, el 28 de agosto.

No obstante, el ciclismo continúa hoy la actividad en tierras vascas, con la disputa de la Subida a Urkiola. Leonador Piepoli, ganador en cuatro ocasiones, no tomará la salida, pero sí lo harán corredores que ayer estuvieron en San Sebastián, como Aitor González o el propio Zaballa.

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