Entrevista:CLAUDIO MAGRIS | Escritor | CULTURA Y ESPECTÁCULOS

"Las bombas de Londres no tienen nada que ver con Europa"

Vivacidad italiana y puntualidad germana. El escritor Claudio Magris (Trieste, 1939) derrocha afabilidad controlada y elegancia. Un premio retrasó su llegada a El Escorial, donde imparte desde el lunes y hasta mañana un seminario, al que ha prestado su nombre y su saber, en los cursos de verano de la Universidad Complutense.

Las cuatro lecciones del seminario Claudio Magris y Europa trazan un recorrido por la vida y el trabajo como catedrático, escritor, pensador y crítico del Premio Príncipe de Asturias de las Letras: desde un análisis de los términos laico y laicità -ent...

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Vivacidad italiana y puntualidad germana. El escritor Claudio Magris (Trieste, 1939) derrocha afabilidad controlada y elegancia. Un premio retrasó su llegada a El Escorial, donde imparte desde el lunes y hasta mañana un seminario, al que ha prestado su nombre y su saber, en los cursos de verano de la Universidad Complutense.

Las cuatro lecciones del seminario Claudio Magris y Europa trazan un recorrido por la vida y el trabajo como catedrático, escritor, pensador y crítico del Premio Príncipe de Asturias de las Letras: desde un análisis de los términos laico y laicità -entendidos como una capacidad de distinguir entre lo que es objeto de demostración racional y lo que es objeto de fe- hasta una conferencia dedicada a su última novela, Alla cieca, y a la génesis de todos sus libros. Antes de su intervención en el seminario, el autor de El Danubio analiza, frente a un café, los nuevos retos de Europa.

"Además de una extensión geográfica, las fronteras también tratan de la identidad cultural, que es algo fluctuante"
"La idea del bien común es uno de los elementos de identidad de Europa; el individuo no está subordinado, pero no es un 'cowboy' solitario "

Pregunta. Algunas voces señalan a Berlusconi como uno de los mayores riesgos que afronta la UE. ¿Está de acuerdo?

Respuesta. No sé si es uno de los mayores, pero Berlusconi es un problema real para la democracia. Las leyes ad persona que ha aprobado en Italia implican una pérdida del sentido del Estado, de la res publica. La idea del bien común es uno de los elementos de identidad de Europa; una sociedad en la que el individuo es protagonista y, aunque no está subordinado, tampoco es un cowboy solitario. La asistencia pública, los subsidios no son sólo solidaridad es una forma de bien individual y común. El bienestar de todos es también el mío, porque tener a gente muerta de hambre no es sólo una injusticia, también afecta mi entorno, mi calidad de vida. Espero que el berlusconismo esté en fase decadente y no quiero que Italia esté a la vanguardia en este respecto, como lo estuvo con el fascismo europeo.

P. ¿Cómo ve el nuevo rostro de Europa?

R. Estamos en un momento difícil, con la conquista de la Constitución -un texto muy vago- todavía pendiente y con dificultades para seguir avanzando. El principio de unanimidad ha bloqueado la UE. Esto es un escollo que hay que superar. En política no existe la unanimidad. La crisis me disgusta pero el proyecto es fuerte. Esto ha sido un block out no un KO. Debemos tener paciencia, y digo paciencia no resignación. No hay que desmoralizarse.

P. ¿Qué opina de la candidatura de Turquía en el contexto presente?

R. Soy favorable a su ingreso. Es bastante peligroso arrojar a Turquía en brazos del extremismo. Pero, el problema de la ampliación, de cualquier ampliación, incluso con las pasadas, es que debe quedar abolido el sistema de unanimidad. La cuestión del islamismo, más allá de la anexión a la UE, es la inmigración. Se trata de un hecho histórico que no puede ser bloqueado. Tiene que ser regulado y esto es un problema mayor que el terrorismo.

P. ¿Cuál es su postura en este asunto?

R. Tenemos un montón de desheredados y los países europeos necesitan mucho de esta gente, además existe una obligación de solidaridad, pero también debe haber límites. Se trata de un problema trágico porque no se puede resolver ni con un cierre radical, ni con una apertura total. El islamismo no puede ser identificado con la parte más fundamentalista, hay otros terrorismos que no son islámicos. Además, el terrorismo debe ser combatido como terrorismo, la guerra de Irak ha demostrado que combatirlo como una guerra no sirve para nada.

P. ¿Cómo cree que debe plantearse la integración y asimilación de inmigrantes?

R. Las sociedades son mixtas, múltiples y esto es algo que también ha ocurrido en el pasado. Se trata de establecer sin prejuicios y con una máxima aceptación los principios democráticos, pocos pero firmes, que están fuera de discusión. Por ejemplo, yo estoy a favor del velo pero absolutamente en contra de la ablación. El esfuerzo de integración debe ser mutuo. Estoy por la aceptación pero en contra de cómo ha ocurrido en Italia que unos padres pidan una clase sólo de niños musulmanes. Se trata también de prejuicios, nosotros tenemos tantos como los islámicos, pero hay que asumirlos sin ningún complejo y constituir nuestros principios constitucionales. Es una mezcla complicada entre flexibilidad y firmeza.

P. ¿De qué manera han afectado los atentados de Londres a Europa?

R. Las bombas de Londres no han tenido nada que ver con Europa. El sentimiento de unión o solidaridad lo habría sido igual si el país afectado no hubiese sido un miembro de la UE.

P. ¿Dónde fijaría las fronteras de la UE?

R. La respuesta es difícil. Además de una extensión geográfica, las fronteras también tratan de la identidad cultural, que es algo fluctuante, incluso dentro de Italia. No sé hasta dónde debe de crecer la UE, pero los nuevos miembros no deben comprometer la ampliación. Tampoco se puede hacer de los requisitos y condiciones favorables para la entrada algo abstracto. En cualquier caso excluir a alguien de la UE no debe ser entendido como un desprecio. China no es ni mejor ni peor que la UE es simplemente algo distinto.

Claudio Magris, en El Escorial.SANTI BURGOS

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