GENTE

Emotivo concierto de Barenboim en recuerdo de su amigo Said

El músico dirigió en Oviedo a la Orquesta West-Eastern Divan, formada por jóvenes árabes, israelíes y españoles, en presencia de la viuda del escritor palestino

Cuando Edward Said recibió, junto a Daniel Barenboim, el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2002, lo que más le llamó la atención fueron las gaitas. Ayer, en el concierto de homenaje póstumo que el escritor palestino recibió en el Auditorio Príncipe Felipe, esas gaitas fueron sustituidas por la orquesta que él soñó en la última etapa de su vida y que hoy es una realidad que porta un mensaje de paz radical y contundente. La Orquesta West-Eastern Divan interpretó ayer en Asturias la Sinfonía concertante, de Mozart, y la Primera sinfonía, de Mahler, en el segundo concierto ...

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Cuando Edward Said recibió, junto a Daniel Barenboim, el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2002, lo que más le llamó la atención fueron las gaitas. Ayer, en el concierto de homenaje póstumo que el escritor palestino recibió en el Auditorio Príncipe Felipe, esas gaitas fueron sustituidas por la orquesta que él soñó en la última etapa de su vida y que hoy es una realidad que porta un mensaje de paz radical y contundente. La Orquesta West-Eastern Divan interpretó ayer en Asturias la Sinfonía concertante, de Mozart, y la Primera sinfonía, de Mahler, en el segundo concierto de la gira que comenzaron en Sevilla el pasado viernes y que también les llevará a Peralada y Almería. Mariam Said, viuda del homenajeado, recordó ayer en Oviedo el día en que ambos artistas recibieron el premio: "Edward se mostró encantado y disfrutó cada momento de la ceremonia", aseguraba horas antes de asistir al concierto.

El proyecto de crear una orquesta que reuniera músicos árabes, israelíes y españoles les valió a Said y a Barenboim el galardón. Ese reconomiento les sirvió de impulso para insistir en una idea que cada año crece y mejora. Tras haber ensayado duramente durante 20 días en Pilas, provincia de Sevilla, la calidad musical de la orquesta es algo que sorprendería hoy al propio Said, fallecido en septiembre de 2003. "Todos estos chicos son grandes músicos. Edward pensaba que hay que arriesgarse en la vida, ellos lo hacen y el maestro Barenboim ve que responden a los programas cada vez más difíciles que ensayan con él", dice Mariam Said.

La música, para Said, era fundamental en la educación. "Una formación musical resulta completa porque se hace unir el intelecto y la emoción. Edward creía que cuando esas dos cosas se combinaban bien, el individuo iba mejor equipado por la vida". Según Mariam Said, los músicos de la orquesta -ninguno ha cumplido los 30 años y hay 30 andaluces entre ellos- han mejorado muchísimo desde que comenzó el proyecto hace siete años. "Responden a la ambición musical y son conscientes del aspecto social de este proyecto. Demuestran que pueblos enfrentados pueden vivir e interactuar juntos y aunque discuten y debaten los problemas, saben vivir esta experiencia en paz".

En la primera parte del concierto, los protagonistas fueron tres músicos de la sección de viento de la orquesta, que interpretaron con sus fagots, oboes y clarinetes la maravillosa Sinfonía concertante, de Mozart. Pero la segunda parte resultó muchísimo más intensa y electrizante con la Primera sinfonía, de Mahler, una obra que han ensayado al detalle durante 20 días en la concentración intensa que han mantenido en Pilas.-

Daniel Barenboim, durante el concierto, ayer en Oviedo.REUTERS
Daniel Barenboim, durante el ensayo general, ayer en Oviedo.EFE

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