Crónica:NATACIÓN | Campeonatos del Mundo de Montreal

El rey del fondo

Hackett recorta casi un segundo el récord de Thorpe en la final de 800

Como los pilotos en el cielo, los nadadores de fondo y medio fondo disponen de una posición cómoda para la observación. Como tienen tiempo, afinan el sentido para ver lo que pasa en toda la piscina durante la competición. Desde la calle cinco, Larsen Jensen fue el testigo más privilegiado de algo único. En la final de 800 metros del miércoles, el estadounidense vio cómo despegaba Grant Hackett, el mejor fondista de todos los tiempos, hacia el récord del mundo. Por su derecha y levantando una masa de agua blanca, el australiano cortó la piscina como se corta un pastel con una espada.

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Como los pilotos en el cielo, los nadadores de fondo y medio fondo disponen de una posición cómoda para la observación. Como tienen tiempo, afinan el sentido para ver lo que pasa en toda la piscina durante la competición. Desde la calle cinco, Larsen Jensen fue el testigo más privilegiado de algo único. En la final de 800 metros del miércoles, el estadounidense vio cómo despegaba Grant Hackett, el mejor fondista de todos los tiempos, hacia el récord del mundo. Por su derecha y levantando una masa de agua blanca, el australiano cortó la piscina como se corta un pastel con una espada.

Jensen, que vio algo parecido en el mundial de 2003, se resignó de entrada a ver la película sin poder intervenir. Y comenzó a rezar una plegaria natatoria. Se dijo: "Espero que este tío bata el récord mundial porque de lo contrario significa que yo estoy fatal".

"Me quedé perplejo cuando mi entrenador me dijo mis parciales", admitió el nadador
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Hackett, el gigante de Costa de Oro, la Marbella australiana, se había tomado la carrera como "algo personal". Esto es lo que dijo luego, y por lo visto en su paso por los 100 no cabe duda. Iba lanzado. Hizo 54,38 segundos en la segunda pared. Una enormidad que levantó el murmullo entre el público. La carrera se dividió en dos partes: Hackett y, muy lejos, los demás. Muy por detrás, el abnegado Jensen, y más allá el ruso Yuri Prilukov, plata en 400, y el tunecino Oussama Mellouli, escorado a la calle siete.

"Sabía que podía nadar bien y rápido, así que mi intención de entrada fue controlar la excitación en los primeros 100", dijo Hackett al explicar su carrera. "Quise salir y sentir que nadaba cómodo hasta el primer viraje. Sin pensar en los demás. Y así me metí en la carrera", siguió. "Durante los primeros 500 metros nadé a una frecuencia en la que me resultaba fácil mantenerme. Me quedé perplejo cuando después mi entrenador me mostró los tiempos parciales de mis primeros 500. Porque mi plan era controlarme, no ir demasiado duro, no intentar romper la carrera de entrada, y acelerar lentamente al final", añadió.

Él nadó relajado. Pero la reacción que inspiró Hackett en las 2.000 personas presentes tuvo mucho que ver con el temor a lo desconocido. Hubo gritos de asombro. El gigante de Australia, el hombre que para competir debió modificar su técnica, aprendida durante años de natación en el mar, años de playa y surf, batía la piscina a un ritmo arrasador. El público lo constató porque a su paso por las paredes, el cronómetro señalaba el ritmo de nado del último récord y su diferencia con el líder de carrera. El ritmo de Ian Thorpe en el mundial de 2001, en Fukoka, se desintegraba desde los primeros 50. Desde el principio, Hackett volaba más allá. El trabajo específico de resistencia y velocidad que había desarrollado en los últimos años surtía efecto. El hombre posee los pulmones con más capacidad de la natación mundial -16 litros-. Con eso, se podía permitir consumir grandes cantidades de oxígeno sin que su organismo entrase en deuda. Al paso de Hackett por la media carrera el crono, en la pantalla gigante, determinó: "-3,32s". Tres segundos y treinta y dos centésimas por debajo del ritmo de Thorpe en Fukoka. Al paso por los 600: "-5,11s". Voces de locura. Suspense en la grada.

En el penúltimo largo Hackett bajó el pistón. En los 50 finales, exhibiendo una reserva de velocidad asombrosa, marcó su mejor tiempo parcial. Tocó la pared en 7 minutos 38 segundos y 65 centésimas. Cincuenta y un centésimas menos que Thorpe. "Estoy orgulloso de haber roto el récord de Ian", dijo Hackett. "Soy un fondista natural, tengo el récord de 1.500, y para mí era tan importante tener el de 800 como para un sprinter tener el de 100 y 50".

Récord mundial

La polaca Otylia Jedrzejzak ganó la final de los 200 metros mariposa con nuevo récord mundial con 2m 5.61s, 17 céntésimas menos que el anterior, también en su poder. La final de 100 metros libres masculinos fue para el italiano Magnini, con 48.12s, récord de los campeonatos. Los surafricanos Schoeman y Neethling fueron segundo y tercero y Michael Phelps fue séptimo.

Hackett celebra su récord.ASSOCIATED PRESS

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