Editorial:

Séptimo y fin

Lance Armstrong ya entró en la leyenda en 2004

cuando conquistó por sexta vez consecutiva el Tour, con lo que superaba así a Anquetil, Merckx, Hinault e Indurain. El ciclista estadounidense la ha engrandecido más todavía, al ganarlo ayer por séptima y última vez. No habrá una octava porque, como anunció antes de iniciar la edición de este año, con su nuevo equipo, Discovery Channel, se retira de la actividad profesional. El año próximo ha prometido seguir la grande boucle desde el coche de su ex director.

Armstrong ha roto todos los registros históricos en el ciclismo mund...

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Lance Armstrong ya entró en la leyenda en 2004

cuando conquistó por sexta vez consecutiva el Tour, con lo que superaba así a Anquetil, Merckx, Hinault e Indurain. El ciclista estadounidense la ha engrandecido más todavía, al ganarlo ayer por séptima y última vez. No habrá una octava porque, como anunció antes de iniciar la edición de este año, con su nuevo equipo, Discovery Channel, se retira de la actividad profesional. El año próximo ha prometido seguir la grande boucle desde el coche de su ex director.

Armstrong ha roto todos los registros históricos en el ciclismo mundial. O casi todos, pues Merckx tiene en su palmarés un mayor número de victorias de pruebas y hasta una mayor cantidad de maillots amarillos en el Tour. El corredor tejano se marcha habiendo derrotado todo. En primer lugar, a la muerte tras superar un cáncer de testículos. Pero también a la maldición que persiguió en su último año de competición a ese otro cuarteto de campeones que está dos escalones por debajo de él en la carrera francesa.

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Sin embargo, se va sin que haya logrado completamente eliminar las críticas de quienes le tachan de arrogante o incluso de aquellos que sostienen absurdamente que no ha llegado a tener la clase de Merckx. Ha ganado siempre de forma aplastante sus siete Tours. También este último, pese a que sólo logró sumar una victoria de etapa, la contrarreloj del pasado sábado. Pero ninguno de sus rivales le hizo sombra, lo que hace pensar que incluso con 34 años hubiese podido ganar otro. Llega ahora el momento de la sucesión. En el horizonte destaca sobre todo el italiano Basso, que se ha hecho un ciclista más combativo, y quizás el español Valverde, que tuvo que abandonar por lesión tras su magnífica victoria en Courchevel.

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