Las vacaciones

Cuando hablamos de las vacaciones hoy todo el mundo entiende a qué nos estamos refiriendo. Como dice el diccionario: descanso temporal de una actividad habitual, principalmente del trabajo remunerado o de los estudios. Pero no siempre ha sido así. Mejor dicho, no todo el mundo ha disfrutado siempre de las vacaciones. Y no nos tenemos que ir muy atrás en el tiempo. Muchos de nuestros mayores han sabido lo que era el descanso remunerado, que es en definitiva el concepto de vacaciones de un trabajador, a partir de que se han jubilado.

Las vacaciones son un logro de nuestra llamada sociedad...

Cuando hablamos de las vacaciones hoy todo el mundo entiende a qué nos estamos refiriendo. Como dice el diccionario: descanso temporal de una actividad habitual, principalmente del trabajo remunerado o de los estudios. Pero no siempre ha sido así. Mejor dicho, no todo el mundo ha disfrutado siempre de las vacaciones. Y no nos tenemos que ir muy atrás en el tiempo. Muchos de nuestros mayores han sabido lo que era el descanso remunerado, que es en definitiva el concepto de vacaciones de un trabajador, a partir de que se han jubilado.

Las vacaciones son un logro de nuestra llamada sociedad del bienestar y son uno de esos bienes irrenunciables, y así deben seguir siendo. Ahora bien, no es lo mismo estar de vacaciones que salir de vacaciones. Según un reciente estudio del Grupo Europe Assistance, menos de la mitad de los españoles que están de vacaciones salen de vacaciones, y de los que salen, casi tres de cada cuatro lo hacen dentro de España. Parece ser que no está tan generalizado lo de ir al extranjero.

A poco que nos fijemos tanto en nuestras propias vacaciones, como en las de las personas de nuestro entorno, observaremos que las salidas de un mes son rarísimas, a no ser que uno se vaya con unos familiares; las de 15 días van empezando a escasear, y ya se han convertido en sólo una semana fuera.

A nadie se nos escapa que es a causa de los precios, ¡que hay que ver dónde se han puesto! Luego están los operadores turísticos que te ofrecen lo que parecen gangas en lugares exóticos e incluso en España. Pero si queremos saber lo que nos van a costar de verdad, debemos usar ese famoso factor 3,14. Multiplicamos por lo que nos dice la publicidad que valen y sale bastante aproximado lo que nos gastaremos. Y es bueno que hagamos nuestros cálculos porque si no luego nos pasamos hasta la Navidad soportando los pagos de la tarjeta de crédito.