Reportaje:

Un paseo con Carlos V

Úbeda regresa al siglo XVI para celebrar el aniversario de su declaración como Patrimonio de la Humanidad

Tras una de sus visitas a Úbeda (Jaén), el escritor y filósofo Eugenio D?Ors llegó a escribir que en esta ciudad se sentía "como transportado a Ferrara o Brescia, ciudades del norte de Italia, puros santuarios de singular devoción". Las palabras de D?Ors eran premonitorias porque ayer se cumplieron dos años de la declaración de Úbeda, junto a la vecina Baeza, como ciudad Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Y durante todo el fin de semana, este aniversario ha servido como excusa para transformar su centro monumental en un parque temático ornamentado con guirnaldas, pendones, antorchas y b...

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Tras una de sus visitas a Úbeda (Jaén), el escritor y filósofo Eugenio D?Ors llegó a escribir que en esta ciudad se sentía "como transportado a Ferrara o Brescia, ciudades del norte de Italia, puros santuarios de singular devoción". Las palabras de D?Ors eran premonitorias porque ayer se cumplieron dos años de la declaración de Úbeda, junto a la vecina Baeza, como ciudad Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Y durante todo el fin de semana, este aniversario ha servido como excusa para transformar su centro monumental en un parque temático ornamentado con guirnaldas, pendones, antorchas y banderolas con el escudo de los Austria, que también han camuflado cabinas de teléfono o las señales de tráfico.

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Vestido de cortesano, junto a una exposición que muestra los inventos de Leonardo Da Vinci a escala natural y bajo la atenta mirada de la fachada de la iglesia de El Salvador, obra de Andrés de Vandelvira, el ubetense Raúl Martín afirma: "En esta ciudad no resulta difícil regresar al siglo XVI porque a la vuelta de cada esquina te topas con una iglesia o un palacio de la época".

Organizada por el área de Turismo y Cultura del Ayuntamiento de Úbeda y con la colaboración de la asociación Atlante, la fiesta del Renacimiento recupera el esplendor de una ciudad que a mediados del siglo XVI contaba con 20.000 habitantes, mientras que Madrid no llegaba a los 10.000.

Aunque las actividades comenzaban a partir de las 12.00, no era hasta la caída de la tarde cuando las calles del centro se inundaban de turistas y lugareños deseosos de probar dulces artesanos, disfrutar de actuaciones en un corral de comedias o descubrir en vivo y en directo oficios como el de alfarero. Aunque lo que más ha cautivado a niños y mayores ha sido la exhibición de aves de cetrería. Carlota Santoro, de 8 años, lo tiene muy claro: "Lo que más me gustan son los pájaros y los títeres".

Y entre los asistentes a la feria, un invitado muy especial: el emperador Carlos I de España y V de Alemania que, como ya hiciera en 1526, volvió a jurar los fueros y privilegios que ya le concedieron a la ciudad sus abuelos, los Reyes Católicos. "Tomarte una cerveza en una de las tabernas del mercado y ver asomar a Carlos V con todo su séquito de damas y caballeros es un valor añadido para los visitantes", reconoce Manuel Ramírez, un turista madrileño, que con cámara en mano no oculta su sorpresa por lo que ha encontrado. "Es la primera vez que vengo a Úbeda y su centro monumental es impresionante", añade.

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Mientras tanto, y ya avanzada la madrugada del domingo, músicos caracterizados interpretan danzas cortesanas y populares en la plaza Primero de Mayo, donde se han instalado una veintena de tabernas y mesones. El buen vino procedente de distintas regiones del país y una gastronomía, donde triunfan las carnes a la brasa y el pulpo gallego, "sirven para reponer fuerzas". Así lo reconoce José Luis Millán, un joven que durante el mes de junio ha participado en el taller de danzas de las cortes europeas del Renacimiento, organizado por las escuelas municipales de danza y música.

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