Entrevista:IAN AISLEY | Estratega del 'Shosholoza' | VELA | La Copa del América acoge por primera vez en 154 años a un equipo africano

"Mis padres apadrinaron a 30 niños"

"Los Juegos Olímpicos fueron una gran experiencia para mí. Cuando llegué a Barcelona y entré en el estadio olímpico, no paré de llorar al ver todo aquel espectáculo. Nosotros no teníamos ni idea de cómo eran unos Juegos. Mi familia vivía cerca de un lago, cerca de Johanesburgo. Mi padre, electricista, se divertía navegando con un pequeño bote. Mis padres ayudaban a niños que se encontraban por la calle. Adoptaron a 30. Fui a la universidad de Durban, en pleno apartheid. Había guerras en las ciudades. Empecé a enseñar matemáticas y geografía a los más desfavorecidos en los 80. Dejé la un...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

"Los Juegos Olímpicos fueron una gran experiencia para mí. Cuando llegué a Barcelona y entré en el estadio olímpico, no paré de llorar al ver todo aquel espectáculo. Nosotros no teníamos ni idea de cómo eran unos Juegos. Mi familia vivía cerca de un lago, cerca de Johanesburgo. Mi padre, electricista, se divertía navegando con un pequeño bote. Mis padres ayudaban a niños que se encontraban por la calle. Adoptaron a 30. Fui a la universidad de Durban, en pleno apartheid. Había guerras en las ciudades. Empecé a enseñar matemáticas y geografía a los más desfavorecidos en los 80. Dejé la universidad y me fui a Inglaterra, con mi barca. Compré un coche por 75 libras y subí mi barca al techo para participar en regatas por mi cuenta. Hubo una masacre en un tren en Suráfrica y sólo dos meses antes de Barcelona 92 nos permitieron ir a los Juegos, en los que lloré orgulloso de ser de Suráfrica, de un país por fin democrático, aunque las primeras elecciones no llegaron hasta 1994. Los blancos no teníamos problemas con el apartheid. Fuimos a buenos colegios. Éramos los beneficiados. En las manifestaciones de las universidades, la policía apresaba a los negros. Había mucho miedo de que después de la revolución mataran a mucha gente, pero, cuando apareció Nelson Mandela y habló de reconciliación, hubo un gran alivio. En 1990 conocí en Durban a Sarno. Nunca le pedí nada, pero me ayudó para que fuera a los Juegos. Fue más un amigo que un sponsor. Enseñé a navegar a Solomon y Marcello. Ellos nunca tuvieron antes la oportunidad de pisar una piscina ni de nada parecido. Sus padres se ponían nerviosos cuando los veían cerca del agua. Y ahora estamos aquí, en Valencia. Increíble: hemos ido muy lejos.

Más información

La escuela continúa en marcha: seis días a la semana, unos 170 niños y cuatro profesores fijos.

Por supuesto que somos inexpertos en esta Copa, pero eso es parte de nuestra gracia, de nuestras enormes ganas de aprender. Algunos de los chicos nunca habían estado antes en un gran barco. Es la primera vez que tenemos un barco nuevo y necesitamos tiempo. No hay grandes egos. Todos estamos dispuestos a hacer de todo. Soy estratega [decide los movimientos del velero] y pocos son tan afortunados de competir a tan alto nivel. Cuando navego, soy completamente feliz. Focalizo toda mi energía en eso. Me siento parte de la naturaleza y de los elementos".

Ian Aisley.JESÚS CISCAR

Archivado En