Reportaje:

Tras los dineros del sol naciente

El BBVA refuerza su presencia en Asia mediante la reapertura de su sucursal en Tokio

El BBVA ha abierto una sucursal en Tokio, la primera actualmente de un banco español en la capital de Japón, primer centro financiero de Asia, desde la que lanza una ofensiva hacia España, el resto de Europa y Latinoamérica al pretender financiar el gran flujo de inversiones japonesas hacia esas áreas. Para su presidente, Francisco González, "es esencial tener una sucursal en Tokio si se quiere hacer del BBVA un banco global", ambición de la entidad española de aquí a cinco o seis años, y de la que la sucursal es "la piedra angular".

Francisco González pronunció esas palabras ante la pr...

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El BBVA ha abierto una sucursal en Tokio, la primera actualmente de un banco español en la capital de Japón, primer centro financiero de Asia, desde la que lanza una ofensiva hacia España, el resto de Europa y Latinoamérica al pretender financiar el gran flujo de inversiones japonesas hacia esas áreas. Para su presidente, Francisco González, "es esencial tener una sucursal en Tokio si se quiere hacer del BBVA un banco global", ambición de la entidad española de aquí a cinco o seis años, y de la que la sucursal es "la piedra angular".

En 2004, los japoneses inviertieron 6.000 millones de dólares en Latinoamérica, donde el BBVA tiene el 11% de la cuota del mercado bancarrio

Francisco González pronunció esas palabras ante la prensa japonesa e internacional en la capital japonesa, donde había viajado para presentar oficialmente la oficina al poderoso mundo financiero nipón, del que destaca el gobernador del Banco de Japón, Toshihiro Fukui, con el que se entrevistó.

"No hay ni un solo banco japonés que pueda financiar en solitario uno de esos proyectos, pero el BBVA sí los puede asumir", asegura Alfredo Zamarriego, director general de la nueva oficina y que en los últimos cinco años ha sido el máximo responsable de la oficina de representación que tenía el banco en Tokio.

El liderazgo del BBVA en Latinoamérica, "donde tenemos mayor presencia hace que ahora sea muy interesante para el banco abrir la sucursal, pues las exportaciones niponas a esa región fueron de 17.000 millones de dólares en el último año fiscal que concluyó en Japón el 31 de marzo, a las que se sumaron otros 10.000 millones de dólares en importaciones, resultando un volumen de negocio japonés de 27.000 millones de dólares", indica Zamarriego.

Datos que revelan que la apertura de la sucursal de Tokio, con una plantilla inicial de 10 empleados, es muy decisiva para la expansión del grupo español en el continente asiático.

Las inversiones japonesas en Latinoamérica "fueron de casi 6.000 millones de dólares, que equivalen al 16% de las inversiones directas totales niponas" en el último ejercicio. Es "un volumen muy fuerte y de gran congestión en una zona en la que el BBVA tiene una cuota de mercado en banca superior al 11% y puede asumir riesgos comerciales".

Por el contrario, los bancos nipones no pueden afrontar esos riesgos porque desde que estalló la burbuja inmobiliaria en la década de los noventa en Japón, se sumieron en una crisis, de la que ahora han comenzado a salir, que "les obligó a retirarse de varios países del mundo y en general de Latinoamérica" y es precisamente ahí "donde tenemos nosotros una ventaja competitiva muy grande", asevera Zamarriego. Pero la banca japonesa "se recupera poco a poco" como lo revela la disminución del ratio de fallidos o la mora (préstamos morosos), que fue de un 3% en el último año fiscal.

Posición en Asia

Una de las dos líneas de actuación de la sucursal en Japón, con la que el BBVA reforzará su posición en Asia, será la que va desde financiar el negocio internacional, que incluye cartas de crédito o créditos documentarios y exportaciones hasta operaciones estructuradas.

La segunda será la banca corporativa mediante la cual el BBVA financia a multinacionales japonesas que tengan filiales en España, el resto de Europa y Latinoamérica y sean clientes en cualquier parte del mundo de este grupo bancario español, que ya les está prestando servicios y que ahora pretende prestárselos también a sus matrices.

Dentro de esta segunda línea de actuación, el BBVA intenta trabajar con las filiales de empresas extranjeras en Japón y cuyas matrices sean clientes del BBVA en otras partes del mundo, como, entre otras, filiales de empresas españolas y alemanas.

El "universo de trabajo" del BBVA, desde Tokio, "son las 4.100 firmas japonesas con presencia internacional" y operativas en todos los sectores, pero especialmente en el automotriz, el eléctrico y el industrial, de las que 520 tienen filiales en España o en Latinoamérica.

Vamos a apoyar a los patrocinadores y a las shogo shosha, empresas niponas que son, a la vez que inversores, patrocinadores de proyectos, e incluso a veces actúan como bancos y no existen fuera de Japón. Es el caso de las grandes corporaciones Mitsubishi y Sumitomo.

Las shogo shosha "son mucho más que lo que internacionalmente se entiende por trading company, pues manejan aproximadamente el 40% de todo el comercio exterior japonés", indica Zamarriego, que informa de que este tipo de empresas "muchas veces patrocinan proyectos muy significativos, en torno a los 800 millones de dólares, en Latinoamérica, donde necesitan nuestro know how y bancos dispuestos a financiárselos".

Operaciones en China

Hong Kong, donde tiene el BBVA su otra sucursal, es una plaza de triangulación, de crédito documentario y es una base de operaciones para China y el sureste asiático, pero carece de las inversiones y de las multinacionales que hay en Japón, donde el banco español es complementario de los principales japoneses, como el Mizuho, el primero del archipiélago nipón, aprovechando que "ellos son muy fuertes en China y nosotros, en Latinoamérica". En 2004, Latinoamérica fue el origen del 40% del beneficio neto del BBVA, que equivale a 1.611 millones de dólares, de un total internacional de 3.642 millones de dólares.

En cuanto a Asia, el BBVA tiene una oficina de representación en Pekín y otra en Shanghai que está a la espera de que las autoridades chinas la permitan convertirse este año en sucursal.

En esa expansión en Asia se enmarca la ampliación de la actuación del BBVA desde Japón, donde está presente desde que en 1979 el entonces BBV (Banco Bilbao Vizcaya) abrió una oficina de representación, sustituida por una sucursal en 1990, que cerró en 1998, porque, según Zamarriego, el archipiélago nipón "no se consideraba entonces un área prioritaria en el desarrollo del banco".

Francisco González, presidente del BBVA.REUTERS

Los problemas de la globalización

La globalización plantea nuevos problemas. Así, la coordinadora sindical latinoamericana de BBVA ha pedido el mismo reconocimiento y los mismos derechos para los empleados del grupo en todo el mundo. Esta plataforma sindical reclama a la dirección de la entidad que generalice el sistema de retribuciones variables para toda la plantilla, de manera que se acabe con la desigualdad actual por países.

Los sindicatos solicitan igualdad de oportunidades para todos los trabajadores y que no se discrimine por razones de raza, religión, afiliación sindical o sexo. Los representantes de los trabajadores han constatado, asimismo, que en algunos países existe una excesiva subcontratación de servicios y trabajadores y un alto porcentaje de contratos temporales con mucha rotación. Por ello, reclaman una política que aumente la estabilidad en el empleo, con la consolidación en la plantilla de los puestos de trabajo.

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