Actividades para seguir aprendiendo

Los responsables de la asociación Gaudeamus Iubilatonis confiesan, entre risas, que su intención es organizar un Imserso intelectual. Porque quieren llenar su agenda de iniciativas productivas. "A la gente de la tercera edad como nosotros, que hemos desarrollado durante toda nuestra vida una actividad intelectual, no nos valen una excursión a Benidorm o unos bailes de salón", explica la vicepresidenta, María Luz Casares.

El presidente, Miguel Martín Goerg, cree que el número de profesores jubilados irá en progresivo aumento, en la medida en que decrece el número de los alumnos y el de l...

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Los responsables de la asociación Gaudeamus Iubilatonis confiesan, entre risas, que su intención es organizar un Imserso intelectual. Porque quieren llenar su agenda de iniciativas productivas. "A la gente de la tercera edad como nosotros, que hemos desarrollado durante toda nuestra vida una actividad intelectual, no nos valen una excursión a Benidorm o unos bailes de salón", explica la vicepresidenta, María Luz Casares.

El presidente, Miguel Martín Goerg, cree que el número de profesores jubilados irá en progresivo aumento, en la medida en que decrece el número de los alumnos y el de las clases que se pueden impartir. Los docentes tienen hasta los 70 años para poder trabajar, aunque, desde hace algunos años, se aplica una jubilación pactada a los profesores universitarios. "Muchos de estos puestos que dejamos vacíos ni siquiera serán cubiertos porque, en realidad, ya no son necesarios", explica.

Después de toda una vida dedicada a la enseñanza, los miembros de la asociación creen que la jubilación puede ser un buen momento para aprender nuevas cosas, para ahondar en temas en los que no han podido incidir por falta de tiempo. Y ya sueñan con algunos proyectos: un viaje a Galicia, con el que reunir a profesores jubilados de inglés; o un congreso sobre filosofía y la teoría de la relatividad, que una las ciencias y las letras; o excursiones para descubrir las claves del patrimonio arqueológico más cercano.

María Luz Casares quiere aprender pero, cuando comience su descanso profesional, también está dispuesta a seguir aportando los conocimientos adquiridos como profesora "Tenemos una experiencia muy grande. Sería una pena que no la pudiésemos transmitir". Una forma de llevar a la calle lo que durante años explicó en clase y escribió en la pizarra. Le quedan escasos meses para que le llegue su jubilación. Y no renuncia a seguir enseñando.

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